No eres más Sagmeister porque no entrenas
A veces tendemos a adorar a los ídolos equivocados: que si Stefan Sagmeister, que si los libros de 500 pavos de Taschen, que si las caricias del piano de Olafur Arnalds. Por algún motivo, nunca se le ocurre a uno mirar hacia arriba, o hacia dentro, o hacia dónde diablos haya que mirar para alucinar con la mente propia. Siempre miramos a las ajenas subestimando la propia capacidad. Igual es una cuestión de amor propio. Esa asquerosa masa de color pardo, con desagradables pliegues y textura indeseable, es el milagro que hace que la Tierra gire y el universo se … Sigue leyendo No eres más Sagmeister porque no entrenas
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