No hay ideas tontas, solo hay ideas cobardes

Tu  ascensor se ha parado de repente y tú has quedado atrapado entre dos pisos. ¿Qué haces? ¿Gritas como un loco suplicando que alguien te saque de ahí? ¿Y si el ascensor viniera dotado de unos pedales de emergencia que te permitieran subir hasta el siguiente piso sin necesidad de esperar a que llegue ayuda de fuera?

Escuchas en la radio que en el Pacífico es época de ciclones y tu naturaleza curiosa te lleva a pensar qué se sentirá metido en el ojo de un huracán. ¿Y si existiera un parque temático especializado en fenómenos meteorológicos?

Estas son solo dos ideas que Pep Torres, fundador y CEO del Miba (Museo de las Ideas y los Inventos de Barcelona) regala en su libro 100 ideas para llevar. Ideas de negocio para mentes inquietas. Una obra editada por Yorokobu donde recoge lo que promete en el título: un buen puñado de ideas creativas e inspiradoras que podrían ser el germen de grandes proyectos o, simplemente, hacer pasar un buen rato apartando el miedo adulto a imaginar.

Hay que estar muy loco para atreverse a abrir un restaurante a la carta, pero de verdad, donde el comensal elija el plato que quiere sin limitarse a una lista cerrada de viandas. O crear un servicio de ‘taxibrella’ para compartir paraguas con desconocidos en días de lluvia imprevista. Quizá alguien sea el próximo inventor de las lentillas de sol o de la ducha con filtro de perfume para salir de la bañera con todo puesto.

«En este libro he seleccionado las 100 mejores ideas que he pensado durante los últimos 10 años y que considero que pueden resultar especialmente inspiradoras», explica Pep Torres en el prólogo. Porque de eso va este libro, editado en colaboración con Yorokobu e ilustrado por David Sánchez: de ideas sublimes y ridículas. Da igual lo que se piense a priori de ellas. Siempre resultarán inspiradoras y, por qué no, pueden acabar levantando un posible negocio.

El libro está dividido en dos partes, una primera con 80 ideas que aún no se han llevado a cabo; y una segunda mitad en la que el creativo habla de sus mejores proyectos. Algunos, realizados con éxito, y otros que no pudieron ser, pero siempre es posible extraer una enseñanza. Y entre medias, Torres habla de su método creativo, de su manera de hacer las cosas y de cómo conseguir convencer a otros de que nuestras ideas son realizables.

Para que una idea sea buena, explica el CEO del Miba, debe ponernos el vello de punta, hacernos llorar o reír a carcajadas. Si no la podemos explicar en una sola frase, no vale. Pero por encima de todo, debemos confiar en nosotros mismos plenamente porque «el reto de una persona creativa no es tener ideas, sino ser creíble». Sin embargo, no debemos olvidar que toda idea necesita una buena presentación. De lo contrario, sería como beber un buen cava en una copa de plástico: el sabor es el mismo, pero ¿a quién le gusta ese formato?

«No busco inspirarte, sino convencerte de que vale la pena realizar, por lo menos, una idea en la vida», anima Torres a la vez que pide que se piense, que se den mil vueltas y reírse con ellas o todo lo contrario. La cuestión es atreverse a ponerlas en práctica. «Porque lo único cierto es que no hay ideas buenas o malas, están las que se hacen y las que no. Punto», concluye. Hagamos, pues.

Puedes comprar tu ejemplar de 100 ideas para llevar. Ideas de negocio para mentes inquietas en la tienda de Yorokobu o en las siguientes librerías.

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