A muchos, y sobre todo a muchas, el titular no les aportará nada. Ya sabían que los concesionarios Porsche o Maserati estaban en la lista de ‘sitios que visitar en caso de tocarme la Primitiva’ no solo de gran parte de la población masculina sino también de la femenina. Pero ¿lo tienen igual de claro las propias firmas automovilísticas?
Algunas, como Fiat, parece que sí, a tenor de lanzamientos como el del 500 by Gucci, que acaba de realizar en Reino Unido. Este modelo, en concreto, se dirige a mujeres de edades entre 30 y 40 años a las que les gusta alardear de coche, según recoge Brand Republic.
Porque, sí, haberlas haylas, aunque sean aún minoria, según se deduce de los estudios que siguen señalando la seguridad o la preferencia por vehículos familiares como los factores que más valoran las mujeres cuando compran un coche de lujo, por encima de otros como el diseño. Lógico, pues, que firmas como las citadas al principio del texto y cuyo principal fuerte es precisamente este último, centren sus esfuerzos en el público masculino.
Pero ¿qué ocurre con las marcas de gama alta posicionadas como más seguras? En el caso concreto de Volvo, el principal guiño al segmento femenino lo realizó hace unos años con el lanzamiento de Volvo YCC (Your Concept Car), un coche creado íntegramente por mujeres para satisfacer las demandas de las conductoras de este género.
Eso es en Occidente. En China la cosa cambia. Según BBC, la propia Maserati calcula que el 30% de sus clientes en este país son mujeres, porcentaje que en Europa y Estados Unidos no llega ni al 5%. La explicación que Financial Times da a esta afición de las mujeres chinas por los deportivos es la misma que utiliza para argumentar por qué los hombres chinos gastan más en cosméticos que sus homólogos occidentales: en China, los productos de lujo se perciben como unisex.
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