Dicen que fue el propio Warhol el que se ofreció a decorar la botella de Absolut, cuya forma se inspiraba en las de las antiguas boticas. Lo hizo en una de las fiestas neoyorquinas a las que era asiduo y donde coincidió con el representante de la marca de vodka en Estados Unidos. La leyenda sobre aquella conversación incorpora otros detalles difíciles de corroborar, como que el artista aseguró que solía perfumarse con gotas de la bebida.
De lo que no cabe duda es que esa primera colaboración de 1986 desembocó en un diseño icónico de vibrantes colores sobre fondo negro que, casi 40 años después, vuelve a reeditarse a través de Absolut Warhol Blue Painting.
Aquella intervención de Warhol abrió, además, las puertas a otras muchas colaboraciones, como las llevadas a cabo con Keith Haring o Mickalene Thomas, entre otras, hasta llegar a superar las 550 participaciones de artistas que, desde los 80 hasta nuestros días, han creado las más de 800 obras que han contribuido a hacer de Absolut todo un referente en el mundo del arte y de la creatividad.
Pero además de pionera, Absolut Warhol es probablemente la colaboración más relevante de la marca. Una de las razones es el rumor que durante años sobrevoló la industria artística, y también la publicitaria, que decía que, además de la creada para la campaña, el padre del Pop Art había realizado una segunda pieza.
Pero ¿donde estaba? Durante casi cuatro décadas nadie fue capaz de resolver la duda, elevando el rumor a la categoría de leyenda. Hasta que una subasta celebrada en 2020 sacó a la luz la obra, conocida como Absolut Warhol Blue Painting, además del contrato original en el que se corroboraba que el encargo incluía dos pinturas.
A partir del 17 de octubre, Absolut Warhol Blue Painting se podrá visitar en el Spritmuseum de Estocolmo, como pieza central de la exposición Andy Warhol, Money On The Wall, comisariada por el prestigioso historiador del arte y biógrafo del artista, el doctor Blake Gopnik. Un acontecimiento que la marca de vodka ha querido celebrar de la mano de The Andy Warhol Foundation for the Visual Arts con el lanzamiento de una edición limitada de la botella y una campaña en la que se reivindica el legado de este icónico tándem.
La nueva botella creada con motivo del redescubrimiento del cuadro azul se lanzó el pasado 1 de julio, aunque en España está disponible desde el 1 de octubre. El nuevo diseño, que según la marca simboliza «el poder de la expresión y la progresión a través del arte», se caracteriza por el serigrafiado en varias capas que dota a la botella de su característica estética estratificada. Además, cada uno de los tonos azules utilizados se han extraído cuidadosamente del cuadro. El resultado: un parecido asombroso con la obra original y un acabado aún más impresionante a través de la lente de Absolut Vodka.
Pero ¿cómo es posible este espectacular acabado? ¿Cuál es el proceso de producción que permite que cualquiera de nosotros pueda llevarse a casa una pequeña obra de arte en forma de botella?
La propia marca nos desvela el misterio a través de un ameno recorrido de la mano de Rico, su brand ambassador, para conocer los lugares y las personas que han hecho posible la nueva versión de la botella. El resultado es este Absolut Drinks on Tour:
El recorrido comienza Limmared, el pequeño y tranquilo pueblo sueco donde se fabricó la botella original de la medicina (de nombre impronunciable) en la que Absolut inspiró su icónica botella. Allí, en las instalaciones de Ardagh Glass Limmared, un nutrido y variopinto grupo de profesionales convierten diseños en tinta en botellas reales.
Como explica Magnüs Edvarsson, technical manager HE, todo comienza con la producción del vidrio a partir de arena, soda y ceniza. «Una vez hecha la mezcla, se introduce en el horno a 1.550 grados». Es durante la fase de enfriamiento cuando a la botella se le da su característica forma.
Después llega el control de calidad. «Nos aseguramos de que todas las botellas tengan las dimensiones y la forma correcta», explica Sebastián Fröjd, quality manager. Un proceso por el que se producen al día más de 2.000 botellas, unos 130 millones de unidades al año.
Es en la segunda fase del proceso donde se lleva a cabo el serigrafiado. «Se realiza de forma similar a como lo haría Warhol en los 80», comenta Gavin Boland, global marketing manager de Absolut. Aunque, como más adelante explica Julia Schilleras, new product development process manager a Rico, nada en Absolut Warhol Blue Painting se asemeja a lo que sería lo normal en el proceso de impresión de cualquier otra botella.
Primero, porque los colores usados no son colores cualquiera: son los mismos azules que usó Warhol en la pintura original: «Analizamos la pintura y extrajimos los colores exactos que usó el artista. Descompusimos la pintura y la reimaginamos sobre nuestra botella (…). Cada color azul seleccionado se ha estratificado específicamente como él lo habría hecho si estuviera serigrafiando nuestra botella hoy», explica el propio Boland.
El resultado, una compleja obra de arte de pequeñas dimensiones que, sin embargo, puede verse a mayor tamaño. ¿Cómo? No es magia, es el efecto lupa. «Hemos adaptado el diseño de la botella para que, una vez con el líquido dentro, se expanda y se vea más grande», desvela Schilleras. Como dice Gavin Boland, «la pintura cobra vida cuando se añade Absolut Vodka a la botella».
Sin embargo, para comprobarlo hay que trasladarse hasta Ähus, donde se produce cada gota de Absolut y donde se procede al llenado de las botellas. Aunque allí también se realizan otras importantes labores, como el exahustivo control visual al que se somete a cada botella para comprobar que no hay ninguna grieta en la boca.
Si la botella es defectuosa, el vidrio se vuelve a enviar a Ardagh para que se recicle. Rico se sorprende también al saber con qué se limpian las botellas: nada más y nada menos que ¡con Absolut Vodka! ¿Y qué ocurre con el vodka que se usa para esa desinfección? Pues que se envía a las destilería para que lo vuelvan a destilar, o bien lo utilicen como fuente de energía. ¡Economía circular 100%!
Es en el paso siguiente en el que se completa la decoración de la botella. «El medallón es la propia interpretación de Warhol sobre L.O. Smith, el fundador de Absolut Vodka: «Está rematado de una manera preciosa con una pincelada, lo que genera una sensación táctil, como pintado en la propia botella por él mismo». Además, está sellada con la firma de Andy en el mismo color blanco roto que las líneas de tiza del propio cuadro», añade Boldan.
Y por último, llega el empaquetado de las botellas, un proceso por el que pasan unas cuatro botellas por segundo. De allí, las botellas se envían al puerto para ser repartidas por todo el mundo .
El objetivo, como explica el propio Gavin Boland, quien además de Aboslut se confiesa fanático de Warhol (lleva un tatuaje en homenaje al artista): «Queremos que los fans de Absolut, tanto jóvenes como los algo más mayores, se sientan atraídos por el producto y que, a su vez, puedan llevarse a casa una auténtica obra de arte».
Este post fue modificado por última vez el 31 de octubre de 2024 20:21
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