«Una cerilla no es nada si no provoca un incendio», ese fue el lema de un anuncio del Festival Internacional de Artes Escénicas Temporada Alta. En primer plano, el actor Aleixo Paz Pérez, con secuelas de quemaduras por todo el cuerpo, sujeta una cerilla que se consume. Una voz en off reprocha las hipocresías y pretensiones de los aficionados al teatro: «Eso es lo que sois vosotros, una revolución bajo control».
Un anuncio de teatro que desvela la impotencia del teatro y, así, atrae a más espectadores. Un prodigio de la comunicación. Ese fue uno de los trabajos galardonados y de los más aplaudidos en 2018 por los premios ADG Laus, uno de los certámenes más prestigiosos de España en diseño gráfico y comunicación visual.
La filosofía de ADG Laus, que acaba de abrir su 49ª edición, es buscar la excelencia en todos los campos y destacarla: encontrar proyectos que, como el spot de teatro, tomen la materia inerte, la cerilla de un briefing, y la conviertan en energía hipnótica, en mensajes que sobresalgan entre los miles de mensajes que reciben las personas.
Desde la organización, son conscientes de que la creatividad atraviesa un periodo apasionante y vivísimo. «No te puedes escapar del diseño», expresa Ainhoa Nagore, vicepresidenta de la junta de ADG-FAD. «Está en el día a día, detrás de lo que leemos y compramos; necesitamos el diseño para comunicar».
El mundo digital ha multiplicado los dominios de la comunicación visual: «Ahora las marcas tienen una necesidad brutal de comunicar porque disponen de muchos más canales; el consumidor está constantemente impactado por las marcas», reflexiona Nagore.
Estas condiciones propician ríos de talento y logros creativos mayores que nunca, pero a la vez entraña dificultades. «Es un momento difícil porque las necesidades de los clientes se amplían mucho y, a la vez, las condiciones económicas se están ajustando, los presupuestos no suben… Tenemos que luchar, entre todos, por mantener unos niveles», afirma.
Los premios ADG Laus tienen una vocación del reconocimiento del buen trabajo y, al mismo tiempo, de dignificación: los premios sirven de trampolín, dotan de visibilidad al diseño y la comunicación y, en consecuencia, ayudan a que el trabajo creativo reciba la consideración que merece.
Es un trampolín para el gremio en su extensión, pero también para los creadores. Entre sus objetivos está el de ayudar a espolear las carreras de «estudiantes y diseñadores emergentes, la consagración de los profesionales y el reconocimiento a las empresas e instituciones que intervienen en diseño», comunica la organización. De eso trata el cartel de su campaña de este año, sobre el antes y el después de ganar uno de los premios.
Resumiendo: ADG Laus celebra un brindis de 360º dedicado toda forma de comunicación creativa.
¿Y cómo debe ser una pieza para ganar un ADG Laus?
«Buscamos la excelencia, la calidad formal y conceptual, tenemos en cuenta la usabilidad que va a tener esa pieza, su trascendencia; tiene que ser completa en muchas áreas distintas», detalla Nagore.
La vicepresidenta de la junta de ADG-FAD lanza un par de esbozos sobre la actitud de creación y trabajo que se esconde detrás de los proyectos sobresalientes. «El diseñador debe estar siempre retándose a sí mismo para sacar lo mejor y debe luchar las piezas con los clientes y convencerlos de la necesidad de aplicar la creatividad y buscar la diferencia».
El certamen no pierde de vista las peculiaridades del vínculo entre diseñador y las marcas. ADG Laus es consciente de los procesos de los trabajos comerciales y valora las piezas en función de cuál era la situación de partida y cómo se resolvió: «Si no, al final, acabarías valorando solo las piezas con más libertad creativa pero que no han tenido que coordinarse con un cliente. Intentamos ser honestos también en eso. Que se valoren las piezas en función del briefing».
La categoría más reconocida de estos premios es la de diseño gráfico, sin embargo, su abanico no deja de ensancharse: este año han ampliado categorías en el área de audiovisuales, incluyendo secciones como fashion films o videclips.
El jurado estará integrado por nombres como Sascha Lobe (Pentagram), Daan Lucas (Random Studio), Iria López (Wednesday), David McFarline (Commission), Monse Garcia (SeriesNemo), Biel Capllonch, Laura Messeguer, Mireia Ruiz (Cocolia) o Marta Cerdà, entre otros.
El jurado se divide en dos grupos: uno dedicado a la parte editorial y de dirección de arte y otro que se concentrará en el branding e identidad visual. La idea es que cada trabajo sea juzgado por un especialista en su materia. «Tenemos perfiles muy completos: representación nacional e internacional; expertos en ilustración, diseño gráfico, packagin, revistas…», especifica Nagore.
Son 16 hombres y 16 mujeres en los que, como afirma la organización, «la experiencia se alía con el ojo crítico; la responsabilidad, con el conocimiento; y la exigencia, con la capacidad de ver más allá». Un jurado plural, porque en el mundo de la creatividad no todas las cerillas son iguales; a cada una le gusta provocar incendios de colores diferentes.
**Plazo de inscripción hasta el 10 de febrero. Se podrán presentar todos los trabajos impresos, publicados, emitidos, visionados online o editados durante 2018 en las categorías de diseño gráfico, digital, publicidad, audiovisuales y estudiantes.