En 1999 aún teníamos pesetas en los bolsillos; los de nuestros pantalones bien anchos, un poco caídos para enseñar los calzoncillos o el tanga. Por aquel entonces nadie había oído hablar de Netflix, una empresa americana que alquilaba vídeos. En España lo flipábamos con su hermana mayor, Blockbuster.
Lo más parecido a un smartphone que había era el Nokia, que tenía el revolucionario juego de la serpiente y reproducía politonos. Si querías escuchar música de verdad (una definición bastante generosa para TLC, Backstreet Boys o Faith Hill que eran los que lo petaban en aquella época) lo mejor era hacerlo en un discman.
Fue también la época en la que para conectarte a internet tenías que ir a un ciber, y en casa la mejor manera de procrastinar (una palabra que entonces ni existía) con el ordenador era ponerse algún videojuego. El que arrasó en 1999 fue Age of Empires II. El que sigue arrasando en 2017 es Age of Empires II.
Hace apenas un mes salió la última actualización de este juego de estrategia en tiempo real. Rises of the Rajas es la octava expansión que lanza, sin hablar de su reedición HD y sus mods. (modificaciones y expansiones no oficiales hechas por fans). Hay que puntualizar que después de este juego, Microsoft sacó una tercera parte, destrozada por crítica, público e incluso por sus propios autores. También hubo una versión online y múltiples imitaciones. Nada consiguió desbancar la fiebre por Age of Empires II, un título que ha conseguido vender casi cuatro millones de unidades.
Puede que la cifra no parezca tan espectacular, pero es que no contempla las copias piratas ni la rejugabilidad del título. Ahí está la clave. Más de 300.000 de estos usuarios siguen jugando cada quincena, según datos de SteamDB. El ejemplo más reciente de la vigencia de este título lo ofrece el vídeo homenaje que hicieron los chicos de Corridor Digital, una puesta al día ficticia que acumula más de 35 millones de reproducciones. Lo más irónico es que el vídeo se realizó para promocionar el lanzamiento de otro videojuego, pero quedó eclipsado por la fuerza de la nostalgia gamer.
Age of Empires II consiguió que adolescentes que no tenían ningún interés en la historia siguieran las campañas de William Wallace o Juana de Arco. También supo ser gamberro y permitió conducir bólidos entre castillos, en un delicioso anacronismo jugable. Dejó para la historia incongruencias que se han convertido en un meme recurrente, como que 10 elefantes quepan en un bote y 11 arqueros no.
Pero quizá lo más icónico de esta saga sea el famoso «Wololoooo», el rezo con el que los monjes convertían a los infieles pasándolos a nuestro bando. La letanía ha dado para tanto que incluso se ha hecho una versión electrónica y una impagable versión blues.
Age of Empires II está vivo gracias a la devoción de sus fans. Esta afirmación suena a obviedad, pero en este caso tiene más sentido que nunca. Después del fracaso de Age of Empires III, Ensemble Studios, creador de la saga original, quebró, hecho que fue aprovechado por Microsoft para hacerse con los derechos.
La compañía de Bill Gates lanzó una remasterización, Age of Empires HD, que coincidió en el tiempo con una expansión no oficial, un MOD creado por un colectivo amateur llamado Forgotten Empires Team. Esta versión tuvo mejores críticas que la oficial así que el equipo de Age of Empires se rindió ante la evidencia y contrató a sus propios fans, que son quienes desde entonces llevan todo el peso de un juego que no da señales de agotarse.
Puede que a un neófito en el mundo de los videojuegos este revival no le parezca nada espectacular. Después de todo en la tele ponen más veces Pretty Woman que el telediario, los grupos de música viven un eterno come back y la cartelera está compuesta de refritos, segundas terceras y sextas partes de sagas eternas.
Pero el mundo de los videojuegos es diferente. Sí, aquí hay secuelas hasta la extenuación, más si cabe que en el mundo del cine. De vez en cuando se hacen puestas al día, pero a grandes rasgos la vida útil de los juegos no suele pasar de un par de años. Al tercero los gráficos son demasiado feos, la plataforma demasiado obsoleta y el mercado ha puesto a tu disposición un buen puñado de títulos mejores.
Es cierto que Age of Empires II pertenece a un género (el de estrategia en tiempo real) y a una plataforma (el PC, a pesar de sus fallidas adaptaciones a PS2 y móviles) que tiende a alargar la vida útil de un título. Pero en ningún caso la friolera de 18 años. Ninguna empresa desarrolladora tardaría tanto en lanzar una secuela viendo el éxito, casi inagotable, de un título tan antiguo. Microsoft, sí.
En marzo del año pasado Bill Gates se sometió a un AMA (pregúntame lo que quieras por sus siglas en inglés y que consiste una entrevista colectiva que suele tener lugar en foros) en Reddit. De las millones de dudas que se le pueden plantear al hombre más rico del mundo, a un usuario sólo se le ocurrió preguntar si pensaba sacar una cuarta entrega de Age of Empires. El magnate contestó con un enigmático «veré lo que puedo hacer, ¿cuántos imperios necesitas?». A los fans sólo queda rezar por que esto sea una confirmación. Y entonar todos juntos un desesperado «Wololooooo».