Deep Blue venció a Kaspárov. Pero no fue la primera máquina que superó a un genio. En España, en 1912, un ingeniero y matemático llamado Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) inventó un autómata (instrumento con un mecanismo que le permite hacer determinados movimientos) que jugaba al ajedrez y sabía cómo ganar al humano.
El Ajedrecista (así se llamaba el aparato) está considerado el primer autómata de ajedrez y también el primer juego de ordenador de la historia. La presentación al mundo se produjo en la Feria de París de 1914 y un año más tarde la revista Scientific American le dedicó un extenso artículo titulado Torres and His Remarkable Automatic Device.
En su primera versión la máquina movía las fichas con un brazo mecánico. Unos años después, el ingeniero aeronáutico y de caminos lo sustituyó por unos imanes bajo el tablero, según un artículo de IEEE Computer Society.
El Ajedrecista sigue funcionando y hoy se conserva en la Escuela Técnica Superior de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Imagen de portada: El Ajedrecista, de Leonardo Torres Quevedo. De Wikimedia.org, reproducida bajo licencia CC.