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ALiados por el periodismo independiente

Ante anuncios como el de este titular, la primera pregunta que haría cualquiera se parecería a ¿qué narices es eso y para qué sirve?

Me explico.

Hace un par de meses, directores y representantes de una decena de medios digitales e “independientes” de América Latina dieron a luz a una alianza entre ellos. Fue en Buenos Aires y le llamaron ALiados. Llevaban un tiempo hablando en foros, debates y seminarios por todo el continente. Aunque pasaban por etapas distintas, decían tener en común “los más altos estándares de calidad profesional, la transparencia de procedimientos, la independencia de criterio respecto de poderes políticos y económicos, (…) de un modo en que no lo hacen los medios tradicionales de la región”. De acuerdo en lo anterior, el objetivo pasaba ahora por “contribuir a la sostenibilidad y el mejor desarrollo de sus miembros”.

Ok, ¿qué significa todo esto?

“Los medios independientes no vamos a sobrevivir si seguimos haciendo lo mismo”, asume el periodista salvadoreño Carlos Dada. Desde hace 15 años, Dada dirige elfaro.net, un referente del periodismo independiente e investigativo en América Latina.

Al decir “lo mismo”, Dada se refiere a la manera en que los medios de la alianza se financian habitualmente. Alejados de los grandes anunciantes, muchos encuentran consuelo en becas de fundaciones sin ánimo de lucro, universidades locales o empresarios -románticamente- comprometidos. La cuestión es que no dependen de ellos mismos y eso a la larga supone un problema. El objetivo de la alianza es por tanto mejorar su financiación. ¿Cómo? Eso es lo que hay que descubrir y para eso han creado ALiados.

Pero primero habría que aclarar por qué esta alianza y estos medios importan. Premio Maria Moors Cabot de periodismo –quizá el máximo galardón al que pueda optar un reportero sea de donde sea-, Carlos Dada rastreó durante años el asesinato del obispo Oscar Romero en El Salvador en 1980.

Luego escribió, entre otras, esta extraordinaria crónica. Otro reportero de El Faro, Carlos Martínez, ganó el premio Ortega y Gasset en 2011 por este texto sobre el único criminalista que trabaja en El Salvador, un país en el que hasta hace poco morían asesinadas 15 personas cada día.

La periodista Natalia Viana, del medio brasileño Agencia Pública, escribió el mejor y quizá más completo trabajo sobre el golpe de estado –sí, golpe de estado-, que acabó con la presidencia de Fernando Lugo en Paraguay en 2012.

Octavio Enríquez y sus colegas de Confidencial, en Nicaragua, echan luz continuamente sobre las mafias –que trafican con madera, cocaína o personas-  en el Caribe olvidado (Enríquez es también Ortega y Gasset). En Perú, IDL-reporteros radiografía sin tregua los pasos del narcotráfico en la ceja selvática (Perú es actualmente el mayor productor de hoja de coca del mundo). El chileno Ciper ha elaborado estos últimos años un dossier extraordinario sobre el negocio de la educación allí.

Son medios pequeños, nacidos en la red, criados a base de esfuerzo y voluntad –muchas veces sin dinero de por medio- y una tremenda vocación por innovar. Ahora dan el siguiente paso.

La alianza es importante también porque genera un referente para los que vienen detrás y a los costados. ALiados intentará vender publicidad de manera conjunta y mantener un grupo –mínimo- de trabajo, que se encargue de gestionar lo recaudado y buscar más. Martín Rodríguez, del guatemalteco Plaza Pública, dijo hace poco en una entrevista que espera que el 10% de sus ingresos venga este año de ALiados.

Extraña que ningún medio español de nueva hornada aparezca en la alianza. Martín Rodríguez, de Plaza Pública, indica que ALiados nace así porque sus integrantes se fueron conociendo en foros regionales de periodismo y prefirieron empezar “siendo únicamente latinoamericanos”.

Dada, de El Faro, añade que “la experiencia mediática española está aun atravesando su propia transición, y ahora mismo el contenido tiene menor prioridad que los modelos de negocio, incluso en varios de los nuevos proyectos periodísticos», aunque matiza: «Creo que con ese punto de partida casi ninguno de los actuales ALiados existiría”.

Dada apunta a los grandes medios y dice que “algunos comienzan a desesperarse por su situación financiera y cometen un grave error: sacrifican su razón de ser. Despiden a sus mejores periodistas, cortan los departamentos de periodismo de investigación, cierran presupuestos para reporteo. Entonces se convierten en empresas dedicadas a la venta de espacios publicitarios y no a la venta de información de calidad. Estoy generalizando, desde luego, y no escapa de mi vista el esfuerzo que está haciendo particularmente Infolibre, que en definitiva no va por esta vía”.

Respondiendo a la pregunta del principio, esto  es un haz de luz en el camino incierto del periodismo hacia el futuro.

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