Breve historia de los carteles de cine

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Antes de que internet permitiera el acceso a millones de imágenes, muchos recortábamos los anuncios de películas publicados en los periódicos. Anuncios en blanco y negro de películas que habíamos visto y de películas que queríamos ver. Anuncios de distintos tamaños: los que ocupaban toda la página, los arrinconados bajo las noticias y los que tenían una columna (útiles como puntos de lectura).

Con estos recortes pretendíamos apropiarnos de parte de la magia de cada película: del Superman de Christopher Reeve, del primer Indiana Jones… y tener cerca a la rubia perseguida por el monstruo. Recortes que se perdieron hace tiempo.

Internet permite reencontrar los recortes que otros conservaron mejor. Y descubrir los recortes de quienes por su edad podrían ser nuestros padres y abuelos. Anuncios que son testigos de los avances tecnológicos en el cine y también de cómo cambian las cosas.

Los primeros anuncios

Durante la primera década del cine, las productoras se centraban en grabar y distribuir. La promoción corría a cuenta de los dueños de los cines: carteles caseros en la acera, voceros, folletos y más tarde el envío de la programación a los periódicos locales.

A partir de 1908 algunos exhibidores comenzaron a publicar boletines mensuales con la programación, los argumentos de las películas y cómo se hacían. Los espectadores protestaban porque no aparecían los nombres de los artistas. Estos son el chico, la chica y el villano del estudio que produce la historia. Los productores no quieren que los actores sean reconocidos para que estos no exijan más dinero y derechos.

Cuando circulaba el rumor de que la chica Biograph había muerto en un accidente, el productor Carl Laemmle lo desmintió con un anuncio en un boletín (imagen de abajo).

Laemmle dio el nombre de la chica y anunció su siguiente película. Así nació en 1910 la primera estrella del cine con nombre y apellidos: Florence Lawrence.

Los estudios y los exhibidores entendieron que las películas se promocionaban mejor con los rostros y los nombres de los protagonistas. Una técnica vigente sobre la que circula una extravagante teoría en internet: cuanto peor es una película, más grande es el rostro del actor en el cartel.

Pasaron cuatro años hasta el primer anuncio de una película en un periódico de gran tirada. Lo contrató Mutual (que producía a Chaplin) en el Saturday Evening Post (dos millones de ejemplares) para anunciar las aventuras de la chica Mutual. Poco después, los estudios rivales contrataron publicidad en otros periódicos con gran difusión.

Es curioso que la superproducción El nacimiento de una nación (1915) se anunciara sin imágenes y sin los créditos de los actores. Pretendía atraer a los espectadores con algunos datos de la producción: 18.000 extras, 3.000 caballos y 500.000 dólares de presupuesto (imagen de abajo).

Los anuncios sin imágenes ni créditos se convirtieron en una rareza en los años 20: el star system (basar la promoción en las estrellas) estaba en su apogeo.

Las novedades técnicas

En un universo cuajado de estrellas de cine, los estudios comenzaron a resaltar las novedades técnicas como el color: Technicolor, Cinecolor, Trucolor…

RECUERDA: ESTA PELÍCULA TIENE VOZ

… dice el anuncio de El cantor de Jazz (1927), la primera película que incluye sonido.

No cuesta imaginar la cara de los señores que abrieron el periódico y encontraron el anuncio de Los crímenes del museo de cera (1953). ¿Cuántos no pensaron mirar debajo de la bailarina?

¡J.R. (Jane Russell) en 3D! ¡Eso es todo, hermano!

… dice el anuncio de la comedia musical La línea francesa. La publicidad en 3D no admitía sutilezas.

El anuncio de La túnica sagrada muestra (1953) intenta mostrar el tamaño de la pantalla de cinemascope apuntillando que tiene maravillas «que podrás ver sin gafas» en clara alusión a las películas en 3D.

El sexo

Con o sin 3D el sexo estaba presente en los anuncios para los periódicos.

El anuncio de El signo de la cruz (1932) asegura que la película muestra «todos los espectáculos que el mundo jamás ha visto».

Un anuncio con la marca de Cecil B. de Mille que supo como nadie entender el Código Hays (1930) de censura cinematográfica que permite mostrar conductas pecaminosas (hasta cierto punto) si los pecadores son condenados en el último rollo de película.

¿Qué dos grandes razones hay para que Jane Russell se convierta en una estrella?

… dice el anuncio de The Outlaw diez años antes de Jane Russell en 3D.

Ella es valiente y apasionada

… dice la respuesta contra los mal pensados.

Versión italiana sin cortes, asegura el anuncio de La dolce vita para el público norteamericano.

Ahora habla en inglés… y es más sensacional que nunca

… dice el anuncio de Arroz amargo con una flecha apuntando a la icónica e imponente imagen de la Silvana Mangano.

Hitchcock

Con el tiempo, cierto público comenzó a interesarse en las películas por los nombres los directores. El más conocido por el público en su tiempo fue Hitchcock (¿quién lo duda?). Consciente de su fama gracias a Alfred Hitchcock presenta (1955-1965), se convirtió en mejor promotor de sus últimas películas.

El anuncio de Psicosis advierte:

Los gerentes de los cines De Mille y Baronet han recibido instrucciones, a riesgo de sus propias vida, de no admitir en la sala a ninguna persona después del inicio de la película. Cualquier intento ilegítimo de entrar por las puertas laterales, salidas de emergencia o los conductos de ventilación será reprimido por la fuerza.

Me han informado de que esta es la primera vez que se han hecho necesarias semejantes medidas, pero también es la primera vez que ven una película como Psicosis.

El único objetivo de esta inusual medida es, por supuesto, ayudarle a disfrutar más de Psicosis.

El terror

Los grandes estudios que producían terror presumían de tener las grandes estrellas del género o contar con novedades técnicas. Los estudios modestos recurrían a anuncios que no permitían dudas sobre el contenido de las películas.

A la izquierda del título CANNIBAL GIRLS está escrito:

Estas chicas hacen exactamente lo que usted piensa que hacen.

Sobre las dos señoritas caníbales (arriba a la derecha) una advertencia:

LA PELÍCULA CON LA CAMPANA DE ALARMA

Cuando suene, cierra los ojos si eres delicado.

Dawn of the dead (1973), La secuela de La noche de los muertos vivientes (1968) incluye otra advertencia (arriba a la derecha):

Debido a la naturaleza horrenda de esta película no se nos permite mostrar fotografías.

Dos años en cartel

Si las cifras apabullaban eran destacadas (como ya se hizo con El nacimiento de una nación): los recursos empleados, los premios conseguidos, el número de espectadores y cuánto tiempo llevaba proyectándose.

¡SEGUNDO GRAN AÑO! aparece cerca del pie del anuncio Ben-Hur (1959). No era raro en una época que ofrece pocas novedades de entretenimiento a los adultos. Incluso en Estados Unidos había unos pocos canales de televisión.

Indiana Jones (1981) es una de las últimas películas en presumir de proyectarse durante 52 semanas. Faltaban unos pocos años para el vídeo comunitario, los videojuegos y los nuevos canales de televisión (tanto en España como en el mundo) e internet.

Los anuncios de cine resisten en los periódicos del siglo XXI aunque son tan raros de encontrar como los de 1905. Los nuevos coleccionistas bajan los anuncios de internet a una carpeta en su ordenador o hacen galerías en blogs o muros en Pinterest para películas que duran poco más que un suspiro.

Javier Meléndez Martín

Soy guionista desde 1998. He trabajado en producciones de ficción y programas para Canal Sur, ETB y TV3. Co-escribí el largometraje para televisión Violetas (Violetes), una película para Televisió de Catalunya, Canal Sur Televisión y Canal 9. (2009).Violetas consiguió dos premios y dos menciones. Imparto talleres de guion desde 2010.  Ahora, en Portal del escritor. Puedes leer mi blog La solución elegante (recomendado por la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes de guion). Puedes seguir las actualizaciones del blog en Facebook y en Twitter.

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