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Apps que NO (aunque tienen su punto)

¡Eh, gamer! Estás de enhorabuena porque, ahora que la gamificación es pura tendencia, en esta nuestra sección del horror, venimos con tres trepidantes juegos que harán que la PS4 a su lado parezca un yoyo de madera. ¡Y recuerde siempre que lo importante es participar!

Kinetic Balls 2
Sí, esas absurdas bolitas que adornaban todos los despachos de los yupis ochenteros, algo así como el péndulo de Foucault pero a lo low cost. Pues ahora tienes la versión móvil con la que podrás sentirte un tiburón de Wall Street en cualquier lado. Dale a la primera bolita y, mientras dure la batería de tu dispositivo, disfruta de grandes momentos de esa energía que ni se crea ni se destruye. He elegido esta versión de todas las que hay porque puedes elegir el fondo y cambiar las bolas por tomates, calaveras, cerebros, huevos de Pascua… Mola, ¿verdad?

Doodle Dump
No hay juego más adictivo que aquel que supera los límites de lo correcto. Como ya hiciera en su día el GTA, Doodle Dump se adentra en lo más profundo de la sociedad para crear unas increíbles carreras a bordo de una caca que tiene que ir saltando, grácil y alegremente, a lo largo de un rollo de papel higiénico. Sí, es para Android; y sí, deja rastro.

Super Streaker Pro
Un juego de acción y adrenalina sin fin en el que más de uno puede cumplir su fantasía de ir recorriendo campos de fútbol matando a todos los jugadores del mundial. Puedes cambiar de arma y ser todo lo sangriento que quieras. Podría ser el sueño perfecto si no fuera porque vas desnudo.

Evidentemente, se trata de un juego fuera de lo aceptado en las tiendas de Apple y Google y que recomendamos encarecidamente no se descarguen de aquí.

Más apps, en este post hermano.

Por Ricardo Llavador

Alicantino por nacimiento, latinoamericano por matrimonio, comunicador por elección pero publicitario por profesión.

Su afición por hacer unida a su desapego por el qué dirán, le han convertido en un prolífico creador de "cualquier cosa". Innecesarias, curiosas, irreverentes, mal hechas, profundas o completas sandeces... cosas con un solo punto en común: una absoluta y completa falta de criterio.

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