En los últimos años hemos empezado a prestar atención a cómo llenamos la nevera: productos de proximidad, ecológicos, de bienestar animal (cuando no libres de toda huella animal)… Pero también es importante fijarnos en cómo la vaciamos. El desperdicio de comida es uno de los grandes problemas de la sociedad capitalista.
Es tanto lo que termina en la basura que la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) estima que con reducir en un 25% los desperdicios de comida se puede alimentar a todas las personas desnutridas del mundo. Este es un problema mundial pero se soluciona con un enfoque local, así que reduzcamos un poco el foco: en España se tiró a la basura en 2020 una media por persona de 31 kilos de alimentos sin consumir. Parece que la cosa no mejora mucho, pero igual se puede cambiar.
Para ello deberíamos cerrar aún más el foco: ¿Cuánta comida tiras tú al año? No es raro encontrar algún alimento caducado al abrir el frigorífico. Ir a un restaurante y no terminar las generosas porciones. Acudir al supermercado y no elegir esa manzana con un ligero golpe. Todos estos gestos cotidianos aumentan, poco a poco, los alimentos desperdiciados.
Pero ha surgido un aliado inesperado en la lucha contra los desperdicios: la tecnología. Más allá de los avances tecnológicos que permiten reducir la cadena de suministros (aumentando el tiempo de venta de los alimentos antes de su caducidad) o de la mejora de procesos, hay también una tecnología de uso cotidiano que está ayudando a los ciudadanos a reducir su consumo. Aplicaciones que pueden ayudarnos a ahorrar desperdicios y dinero:
Caducómetro. Una app para controlar las fechas de caducidad y de consumo preferente de los alimentos que tenemos en la nevera y gestionar nuestra lista de la compra. Lo bueno es que es gratuita; lo malo, que solo está disponible para iPhone y iPad.
Organiza la lista de alimentos almacenados en casa, ordenados por su fecha de caducidad o de consumo preferente, y muestra el número de días que quedan hasta esa fecha. Tiene una interfaz intuitiva que clasifica las comidas con un código de colores, para entender de un vistazo qué comida está más cerca de caducar. Si no te convence, siempre puedes probar otras alternativas similares como Expire o Best Before.
Y su hack. Si no tienes iPhone o no quieres llenar el móvil de aplicaciones, hay una idea para convertir tu nevera tonta en una nevera inteligente y gestionar mejor la compra. Los NFC (solo los separa una letra de los NFTs, pero no te preocupes, no cuestan millones sino unos 50 céntimos) son una tecnología de comunicación inalámbrica, de corto alcance. Se venden en forma de pegatinas y al pasar tu móvil por encima, esa pegatina le da una orden.
La idea sería pegar un NFC a la nevera y otro al congelador. Y programarlo para que dé la orden al teléfono de abrir una lista: la lista de la compra. De esta forma, podrás saber qué hay en las gélidas profundidades del arcón congelador sin tener que pasar horas quitando escarcha. Es una forma práctica de saber la comida que tienes, la que necesitas y la que se va a poner mala.
Olio. A todos nos ha sucedido alguna vez: te vas de viaje y tienes la nevera medio llena. No vas a facturar tres paquetes de galletas y unos limones, pero te da pena tirarlo. A Tessa Cook le sucedió eso mismo y decidió ponerle solución. Creó Olio, una app que conecta una red de vecinos y comercios locales donde se pueda cambiar o vender el excedente de comida que tenga cada quien.
Los usuarios solo tienen que entrar en la aplicación, subir una foto, una descripción, el precio (si lo hubiera) y los detalles sobre dónde y cuándo está disponible la comida. Nació hace pocos años en el Reino Unido, pero ya se ha expandido con éxito a 33 países, entre ellos España.
To good to go. Es quizá la más popular de todas estas apps. Quizá por ser una de las más veteranas. O por ser una idea genuinamente buena. Esta aplicación pone en contacto a comercios que tienen comida que van a tirar con usuarios que la quieren comprar a un precio competitivo.
Es la misma idea que tienen algunas cadenas de supermercados, poniendo en oferta productos cerca de su fecha de caducidad, pero a escala local e incluyendo también en la ecuación a panaderías, restaurantes y otros locales de hostelería.
Encantado de comerte. Otra aplicación que parte de la misma idea. Encantado de comerte es una apuesta por potenciar el comercio local y reducir el desperdicio de alimentos.
A través de la app podrás conseguir lotes de alimentos que los comercios de tu alrededor no han conseguido vender a lo largo del día. Todo ello, con un 50% de descuento. Para que contribuyas a reducir el desperdicio de alimentos y ahorres unos euros.