Mi hija de siete años me insiste en que le compre en el quiosco un juego para hacer pulseras con gomas de colores. En el exterior está el logo de YouTube bastante visible; dentro, algunas instrucciones plegadas y minúsculas. Lucía llega a casa, coge la tablet, me pregunta cómo usar la aplicación y descubre un mundo de profesoras de todas las edades y lugares que le enseñan cómo hacer sus pulseras favoritas. Ella alucina, yo quiero saber más y pregunto en las redes: «¿Qué has #aprendidoyoutube?».
Un día después.
Carol aprende cómo separar la yema de la clara al estilo japonés; Concha se atreve a empezar una bufanda. Gabriel por fin ha aprendido a ajustar la empuñadura de su raqueta de tenis; Marc, a tunear móviles; Anna, un método infalible para enfriar cervezas en tres minutos. Albert, que es más técnico, lo usa para instalar programas y —sorpresa— complementos de programas.
En un restaurante amigo contestan que aprendieron a hacer las gyozas y os aseguro que están buenas. La hija de Dani muestra ella misma a otros niños y adultos interesados cómo hacer una bola con una serpiente de Rubik. Mi amiga poetisa —en tres palabras— practica el clarinete. Alice sigue atenta a los vídeos de su maestra de yoga favorita cada mañana; Raquel también, pero no se conocen; quizás tampoco tengan la misma profesora favorita. Eva está orgullosa de haber conseguido plegar una tienda de campaña pop-up, no es para menos.
Enric se construyó su propio controlador para la Wii; Cristina aprendió cómo sacarse los puntos de sutura (¡ay!). Alberto consiguió cambiar el faro delantero de su Kia Picanto gracias a un mecánico de aspecto y acento caribeño. Mireia y su hija Alba cuidan mejor de sus tortugas. José Miguel comparte un vídeo sobre cómo mejorar la planificación de campañas en Facebook. Isa mejora su guitarra. Andreu recrea el auténtico cheese cake neoyorkino que tanto debe echar de menos como antes lo echaba de más. Ana intentó hacer un gorro de carnaval. Mar consiguió salvar la vida de dos orquídeas que llegaron a su casa sin previo aviso. Isabel cierra el círculo con otra peli didáctica sobre las gomitas como la que inició la cadena.
Me parece la bomba. Millones de personas que se enseñan —de una en una— lo que hacen. Graban ante una cámara su lección particular para servir de ejemplo al otro y hacerle la vida más fácil, más productiva, más variada, mejor. Se regalan oportunidades. Cada cápsula de video es un mensaje en una botella lanzada al mar. Cada uno aporta su contribución al gran libro de la vida: instrucciones de uso. Si la Wikipedia deliberadamente reúne y ordena lo que sabemos entre todos, las plataformas de vídeo han ido, quizás sin proponérselo, un paso más allá: reúnen sin ordenar lo que sabemos hacer cada uno. Listo para cuando lo pueda necesitar cualquier otro.