Cuando a Picasso le preguntaban en qué consistía el arte, el genio malagueño-coruñés-francés contestaba que, «si lo supiera, tendría buen cuidado de no revelarlo». Aún hoy, 40 años después de su muerte, seguimos sin saber dónde se traza la línea entre la creación sublime y la vulgar, la emoción y el tedio, el ARTE con mayúsculas y la artesanía bien ejecutada. Pero si existe un territorio donde se marca esa delimitación es el arte emergente, los nuevos artistas y comisarios que buscan entre toda la morralla existente para separar la paja del trigo. Y en esa tarea, Absolut y su destacado apoyo a la infraestructura artística, les ayuda sobremanera.
Desde que hace más de 30 años Andy Warhol jugase con la botella de Absolut para crear uno de sus iconos, la colaboración entre el mejor vodka y el mejor arte se ha estrechado. Uno de los mayores ejemplos es Inéditos, el certamen para jóvenes comisarios que premia a tres participantes con la posibilidad de producir y mostrar sus exposiciones en La Casa Encendida, además de editar un catálogo con la obra. La inauguración de esta edición será el 29 de mayo.
En esta decimotercera edición han ganado Aprender a caer, de Ángel Calvo Ulloa, que une a nueve artistas con planteamientos en torno a la caída; Be Virus, my friend, del Colectivo Catenaria, que investiga la transmisión viral en el arte; y Crítica de la razón migrante, de Carolina Bustamente Gutiérrez y Francisco Godoy Vega, que propone como un mapa de propuestas en relación a la problemática migrante en territorio español durante los últimos 20 años. Estos tres se unen a los más de 50 proyectos que, con éxito de crítica y público, se han exhibido en los trece años que lleva el concurso en activo.
Pero Absolut no solo vive para los comisarios, sino también para las otras dos patas del mundo del arte: las galerías y los artistas. Para ello, otorga, dentro del proyecto a3bandas, el Premio del Público. De principios de abril al 24 de mayo, galerías de Madrid y Barcelona rompen con su programación habitual e invitan a un comisario independiente a diseñar una exposición ad hoc para sus espacios con artistas no representados por ellas. Los espectadores podrán emitir su veredicto en unas urnas con forma de ladrillo y uno de los votantes recibirá 1.000 euros por parte de Absolut para comprar obra en cualquier galería participante. Absolut, por su parte, invertirá comprando una obra por valor de 3.000€ en la exposición más votada.
Tras el escrutinio de más de 1.200 papeletas, este año el galardón ha correspondido a la exposición Girls Just Want To Have Fun, comisariada por Mónica Álvarez Careaga en la galería madrileña ASTARTÉ. Esta muestra reúne un pequeño grupo de artistas -Álvaro González, Catarina Branco, Michael Swaney, Nuria Mora, Laura López Balza y Arancha Goyeneche- con un trabajo con una alta densidad lúdica y permanecerá abierta hasta el sábado 31 de mayo.
Otro de los apoyos de Absolut al arte es el soporte que están otorgando al colectivo curatorial barcelonés BAR, que desarrolla nuevas formas de relación y trabajo, ampliando el radio de acción y promoviendo direcciones distintas a las establecidas. Para celebrar su primer aniversario, Absolut les ha ayudado, entre otras cosas, a traer a la performer de Brooklyn Isabel Lewis, que realizará una acción específica. Picasso estaría orgulloso.
Virginia Lázaro Villa, Iconoclastia 2: Herramientas, 2010