Pequeños e inalámbricos para el gimnasio, enormes y con cancelación de ruido para los viajes en avión, con cable para no perderlos en la mochila del trabajo… Los auriculares son uno de los objetos más fundamentales de la vida moderna.
Haced el siguiente ejercicio la próxima vez que viajéis en transporte público: contad las personas que lucen auriculares. O mejor todavía, contad las que no los lucen. No os sorprendáis si más de la mitad de vuestros objetos de estudio están aislados del mundo que les rodea, quizá inmersos en el último tema de la Rosalía.
Para el poco versado en la historia de los auriculares, puede parecer que se trata de un invento de antes de ayer, y que somos afortunados por tenerlos en nuestra vida. Nada más lejano de la realidad. Los auriculares llevan con nosotros, como mínimo, desde finales del siglo XIX.
O, al menos, eso es lo que parece indicar el número de 1888 de The Electrical Engineer, donde se menciona un dispositivo en el que «el recibidor del operador se ha diseñado para dejar las manos perfectamente libres, y está montado sobre una correa o banda que va sobre la cabeza y permite que el recibidor (o dos si se prefiere) se coloquen sobre los oídos».
En Technics llegaron un poco más tarde, pero desde entonces están dedicados a la innovación radical en materia de audio portátil. Y, aunque parezca que los separa un mundo, eso es precisamente lo que les une con una de las personas a las que más le debemos en cuanto a auriculares se refiere.
Esta es la historia del mormón que inventó los auriculares.
El responsable del génesis de los auriculares modernos es un mormón americano de nombre Nathaniel Baldwin, inventor, según su entrada en la Wikipedia.
A Baldwin le gustaba tener varias esposas (como buen mormón) y le disgustaba la mala acústica de las reuniones de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, en Salt Lake City. Su poca tolerancia a escuchar la palabra de Dios en malas condiciones le terminó provocando una seria obsesión con la amplificación del sonido.
A principios del siglo XX, Baldwin, graduado por la Universidad de Stanford y con conocimientos de física e ingeniería eléctrica, dejó de lado su idea de diseñar una versión nueva de la máquina de vapor para centrarse en lo que realmente le obsesionaba: mejorar la acústica de los sermones.
De ahí nacerían los primeros auriculares modernos. Eran enormes y con una calidad pésima, en nada comparables a los nuevos modelos AZ60 y A800 de Technics, que ofrecen la mejor calidad de sonido posible, con el añadido de la cancelación de ruido. Si los auriculares de Baldwin hubiesen tenido unas prestaciones similares a esas, seguramente habrían tenido una mejor acogida por parte de la industria.
Porque, en 1910, tras dar con un solución al problema que le satisfacía, el inventor se puso a buscar quien pudiese fabricarla a gran escala. Para desgracia de Baldwin, la industria no se mostró demasiado interesada en su diseño.
Fue gracias al entonces almirante de la marina americana Arthur Jepy Hepburn que los auriculares terminarían de despegar. Tras encontrar una carta de Baldwin enviada desde «Salt Lake City, escrita con tinta violeta en papel de bloc azul y rosa», el almirante decidió apostar por la invención del mormón.
La Marina lo tenía claro: querían muchos más de aquellos auriculares que el mormón fabricada. Baldwin se vio obligado a rebajar las expectativas de sus nuevos clientes. Aún fabricaba cada par manualmente (en la mesa de su cocina) y solo podía comprometerse a un pedido de 10. Pero les ofreció una solución: irían renovando los pedidos de 10 en 10 de forma automática y ad infinitum.
La Marina de Estados Unidos y Nathaniel Baldwin acababan de dar luz a los auriculares modernos.
En 2022 poco queda en los auriculares de aquella invención de Nathaniel Baldwin. Se mantiene el concepto, claro, pero los avances en materia de reproducción musical probablemente harían que Baldwin renegase de los auriculares modernos, quizá pensando que son un invento del diablo.
Todo lo contrario. Los auriculares modernos son una de las piezas de tecnología más imprescindibles para el que quiera disfrutar de la música en este nuestro siglo XXI.
Baldwin probablemente nunca oyó hablar de Technics, pero todo apunta a que se habría convertido en fanboy de la marca. Porque los de la compañía japonesa están entre los mejores equipos de audio del panorama actual. No en vano en Technics llevan desde 1965 dedicados a la investigación y al desarrollo de productos que ofrezcan la mejor calidad de sonido.
En esta constante búsqueda del mejor sonido, la marca ha desarrollado los nuevos A800 y los AZ60, que vendrían a ser los Bugatti de los auriculares modernos. Los dos modelos se dirigen a diferentes tipos de consumidores.
Mientras que los A800 ofrecen las mejores especificaciones dentro de la categoría de auriculares con diadema, los AZ60 se dirigen a los que quieren algo práctico y pequeño sin sacrificar calidad de audio. Los AZ60 son, además, totalmente inalámbricos y ofrecen cancelación de ruido y una experiencia de escucha envolvente.
Los A800, en cambio, cubren totalmente las orejas y se ajustan con precisión al contorno de la cabeza, reduciendo la presión. Además, ofrecen una cancelación de ruido que te permitirá escuchar con la máxima calidad en los entornos más ruidosos y una batería que aguantará todo lo que le eches.
Si eres aficionado a los auriculares, no te vamos a decir que te busques un par de los de Baldwin. Probablemente no te servirían para nada. Mejor usa los de Technics.
Descubre los auriculares de Technics en Studio 22
«Medio lapona, medio esquimal, medio mongola», parodiaba Joaquín Reyes y recuerda Pablo Gil en un…
Si eres un imperio, la única verdad de la que puedes estar seguro es que…
El Conde de Torrefiel es un proyecto escénico que fluctúa entre la literatura, las artes…
Les gustaba leer, pero nunca encontraban tiempo. También les gustaba quedar y divertirse juntos, pero…
La tecnología (pero no cualquiera, esa que se nos muestra en las pelis de ciencia…
La ciudad nos habla. Lo hace a través de las paredes, los cuadros eléctricos ubicados…