A ver: YA ESTÁ BIEN con el Blue Monday. Si no sabes lo que es, te lo cuento en un momento. El Blue Monday es, oficiosamente, el día más triste del año. Y dirás tú: ¿por qué, si cobro la misma mierda de sueldo que el lunes pasado, mi casero sigue sin arreglar la cisterna del baño y llevo tres lunes así y encima soy del Real Madrid, por lo que llevo ya unos cuantos lunes fastidiado, aunque no tanto como Cristiano Ronaldo?
Resulta que, allá por 2005, la compañía de viajes Sky Travel trató de dilucidar cuál era el peor día del año. Según su lógica, ese día sería el indicado para elegir y contratar tus vacaciones y, al menos, vislumbrar un poco de esperanza en la mierda de existencia invernal que te esperaba en los próximos meses.
Para ello, encargaron al psicólogo Cliff Arnall una fórmula para poder calcular ese día. Tras un exhaustivo estudio de su propio escroto, Arnall calculó el día en base a, se supone, el clima, la motivación, las ganas de tomar medidas para cambiar la vida y otros factores no mesurables y sin sentido alguno. El resultado fue que el tercer lunes de enero, es decir, hoy, es el día más mierder del año.
En consecuencia, desde 2005, cada Blue Monday se llena de gente en Twitter recomendando soluciones para que tan señalado día deje de ser lo que es: un puto lunes que ojalá que se acabe ayer.
Nosotros creemos que la mejor solución para no amargarse en Blue Monday es venir amargado de serie, es decir, llegar lo suficientemente amargado desde semanas antes.
Si, por lo que sea, este fatídico y estúpido día te ha tocado la patata y solivianta tu existencia, puedes estar tranquilo porque hay solución. Un montón de empresas aprovechan el día para que salgas del atolladero emocional y casi todas proponen la misma solución. Compra. Gasta. Suelta la panoja. Consume, que ya sabemos que consumir te hace feliz y hace mucho más feliz a la cuenta de resultados de sus empresas.
Creemos que deberías considerar algunas otras formas de alegrarte un lunes frío como este. Una es vivir en Australia, que allí no hace frío ahora. No parece que Cliff Arnall pensara en ello cuando diseñó su fórmula, tan henchido de [como se llame el supremacismo del hemisferio norte].
El segundo remedio es ir a ver a tu madre. Ve a su casa, llévale flores, dile que te haga sopa y dale un beso. Que vas muy poco a verla y, cuando vas, solo le das tormento, bala perdida. Y si el tema no lo arregla la sopa de tu madre, lo tuyo es más grave que el Blue Monday. Busca ayuda profesional.
Tercera solución: busca algo interesante para leer o búscate una serie que te motive. Así pasará el tiempo y, como bien sabes, al final siempre escampa. Al presidente del gobierno le ha funcionado muy bien esta última solución. No la de ver una serie, la de dejar pasar el tiempo.