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Creatividad

Brick Lane, antes del aguacate

Todo esto ocurrió mucho antes de que Rough Trade se pusiera a despachar vinilos, libros y tote bags al este de Londres. Antes de que los huevos a la benedictina y las tostas de salmón y aguacate formasen el menú del brunch post-resaca. Antes de que mucha gente cambiase lo de ir de pintas por ir de tazones de cereales con leche de soja ecológica. Antes, mucho antes, de que Shoreditch eclosionara como la meca hípster de Londres, había vida en Brick Lane. Había vida, efervescencia, acidez, miseria, callejeo, basura, mercados de trapos, barro y buscavidas.

El fotógrafo Paul Trevor dejó su trabajo de contable a los 25 años y comenzó a hacer fotos de manera compulsiva. No tardó mucho en darse cuenta de que el camino de la cámara era el que tenía que seguir. «Si descubres que tienes un don, tienes la responsabilidad de trabajar con él», afirma.

Así, compuso Once upon a time in Brick Lane (Hoxton Mini Press, 2019), un vibrante retrato del Brick Lane de los 70 y 80. La famosa calle del este londinense ha cambiado mucho desde entonces. Paul Trevor dice que, a pesar de todo, pasa página cuando toca. «No soy un nostálgico anclado en un pasado dorado. El antiguo pulso ha sido sustituido por uno mucho más joven que está lleno de vida. Y por cierto, no toda la vieja y desaliñada Brick Lane ha desaparecido ya».

Lo que el británico sí lamenta son las consecuencias del implacable avance de los colosos urbanísticos. «El papel histórico del vecindario –como refugio de los necesitados– ha sido destrozado por las fuerzas del mercado».

Paul Trevor dice que, en esencia, es un contador de historias. «Disfruto editando y ordenando fotos para crear narrativas visuales». Otros de sus fotolibros –Constant Exposure, Fotomo Blues, Like You’ve Never Been Away, Down Wapping, Survival Programmes– responden al mismo patrón.

Su mirada es realista, cercana y nada aséptica. Trevor afirma que mantiene la misma curiosidad que hace 40 años y que sus fotos «muestran la vida tal y como la recuerda en los 70 y 80». A la vez, explica que se siente cómodo en un juego en el que el contrincante es el tiempo. «La mayor parte de veces pierdes porque una pequeña fracción de segundo puede marcar la diferencia. Pero para jugar, tienes que concentrarte en el momento, olvidarte de ti mismo y estar en el ‘aquí y ahora’».

El presente de Brick Lane, como el de tantas calles icónicas del planeta, es solo un reflejo proyectado del pasado. Somos porque fueron. Y narrativas como las de Paul Trevor son una clave fiel para construir historias fidedignas con lo que ocurrió.

‘Once upon a time in Brick Lane’ es un libro de fotografías de Paul Trevor publicado por Hoxton Mini Press.

 

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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