Icono del sitio Yorokobu

Al final, lo más serio es el cachondeo creativo de Carlos Yuste

Carlos Yuste Sirografía

Siempre es buen momento para descubrir o redescubrir al artista multidisciplinar Carlos Yuste.

En episodios anteriores en Yorokobu, tan pronto inventaba placas de calles para personas anónimas como organizaba una exposición en el interior de un contenedor o escribía un libro en los reversos de las papeletas políticas tras vivir la fiesta de la democracia desde una mesa electoral. Lo que vendría a considerarse, sí, como un auténtico personaje. «Compagino la creatividad publicitaria con el arte conceptual. Ambos son vasos comunicantes que se nutren. Uno me ayuda a abrir puertas, ir más allá e investigar; y el otro, a trabajar siempre con ideas —apunta—. Sin embargo, a veces también me pasa factura ante gente con perspectivas más cerradas, pues pueden catalogarme como demasiado artista para la publicidad y demasiado publicitario para el arte».

Carlos Yuste Sirografía

Y aquí llega un nuevo (e inteligente) despropósito, acaso lo más serio que se puede uno encontrar —como suele decir Carlos Yuste— en esta tiranía del sentido común y la razón: Tratado de Sirografía y otras bromas pesadas. Así se titula su muestra en la galería La Tercera Nave de Madrid, una entretenida visita para enriquecer nuestra percepción cotidiana. Un combo estratégico de dos colecciones: por un lado, los artículos de chanza, guasa infantil y chacota realizados a gran escala en cerámica de Talavera (Toledo); y, por otro, un libro que explica con sorna —atención, dulce atención— «la pseudociencia por la que se puede estudiar la personalidad de alguien observando cómo echa el sirope a una tortita». Y con ejemplos reales.

He aquí una buena dosis de humor absurdo, ironía e ingenio. Un genuino manifiesto contra la solemnidad del discurso artístico.

Carlos Yuste Sirografía

Broma por broma es igual a serio

Preguntamos al artífice si debería ser la broma un acto de resistencia individual y colectiva. «La broma pesada es una broma sobre la broma y, por tanto, se convierte en algo serio. Al igual que menos por menos es más, broma por broma es serio. La regla de los signos es oro». Axioma matemático y existencial de un señor sesudo y asaz cachondo con una extensa trayectoria, que se define tal que así: «Si Mercurio no estuviera retrógrado, creo que estaría mucho mejor… Más valorado, cotizado y deseado, ¡pero tengo cero suerte cósmica! Ojalá me saliera una expo en Tokio o mi obra pasara a formar parte de la Fundación Solo, pero Mercurio es pesado pesado», se ríe.

Carlos Yuste Sirografía

Y hablando de peso, llegan estas «bromas pesadas» para desarmar lo normativo, lo institucional, lo protocolario e incluso lo dogmático con un detalle muy relevante: la cerámica de Talavera, el barro excelso que ampara este invento, está considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Tiene su gracia el contraste conceptual y, obviamente, el madrileño Carlos Yuste juega con él como un niño grande, a medio camino entre el homenaje y la trastada: la delgada línea roja donde brota su arte.

Carlos Yuste Sirografía

«¿Qué te has tomado para crear estos trabajos?», planteamos con la confianza que brinda la comedia de la vida y nuestro reencuentro. «Esto es explorar y explorar. Todo siempre bajo la ironía y no tomándome muy en serio a mí mismo, pero sí mi trabajo. Creo que el humor absurdo es la respuesta a todo. De todos modos, la sirografia, la ciencia que estudia la personalidad a través de la forma de verter el sirope, es francamente fiable».

¿Una ciencia del sirope?

 Que nadie diga que no está avisado de esta aparente chifladura… Presente en distintas ferias y exposiciones por doquier, tras cientos de estudios y años de observación concienzuda, nuestro protagonista ha elaborado un proyecto revelador: lo del sirope, sí.

¿Cómo le gusta a la gente cincelar sus postres con este líquido tan espeso como azucarado que endulza la repostería para alegría —perdón— de nutricionistas de todo el mundo? ¿En espiral, marcando ángulos, quizá en círculos o con líneas rectas? ¿Mucha cuantía, mucho chorrazo, grosor contundente, como recalcando una palabra en negrita? De aquí nace el Tratado de Sirografía, una guía que ilumina lugares oscuros de nuestros vericuetos personales más ignotos y contradictorios gracias al sirope. Una suerte de diván con mucha glucosa.

Carlos Yuste Sirografía

Y, en este sentido, se han recreado también en cerámica los testimonios culinarios de esta ¿ciencia? Que, trastocando la frase hecha, ha venido para no quedarse. O sí, quién sabe. Porque Carlos Yuste, con absurdidad y alevosía, recaba un total de 14 tortitas decoradas por individuos de diferentes ámbitos como la música, la arquitectura o la creatividad. Y las exhibe sin pudor, desnudando golosamente su alma.

Por tanto, ahora solo falta paladear el resultado de este manual sui géneris que recuerda que «el arte no siempre debe hablar con voz grave para ser profundo», sino que, en ocasiones, «un guiño inesperado e incómodo es el espacio donde habita la lucidez», como destacan en La Tercera Nave de Madrid, donde del 20 al 23 de noviembre de 2025 se expone este Tratado de Sirografía y otras bromas pesadas.

Carlos Yuste Sirografía

Toda la información del inefable y prolífico Carlos Yuste, que también presenta el pódcast Fajas Ruiz, se puede seguir en su web. ¡Ah!, y una última duda totalmente crucial:

—¿Sirope favorito?

—Me gusta el de chocolate. Se lo echas al poliespán blanco que viene en el embalaje de las televisiones y entra solo.

Salir de la versión móvil