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Que te den la chapa con la cultura y que te encante

Lo de Tuki & Co iba, más bien, por la rama de la decoración, el regalo y el diseño. Su especialidad, cuentan, son las cajas de cartulina plegables que representan, a modo de recortables, las siluetas de ciudades, monumentos, acontecimientos o algunos de los cuadros más relevantes de la historia del arte. Es una manera muy particular de aproximar la cultura al público.

Pero quisieron ir un paso más allá en la promoción de sus artículos, así que, según explica Jaime Rodríguez-Piñero y  Marta Tobías Núñez, responsables de la empresa, idearon un producto sencillo, económico que les sirviera de altavoz y que reflejara, a la vez, como el resto de sus trabajos, su inclinación por la cultura. Y optaron por crear chapas y totes que jugaran con la imagen de escritores y artistas reconocidísimos, sus nombres y aspectos de la cultura pop fácilmente reconocibles por cualquier tipo de público.

«Me vuelves Lorca», «María Moulinex», «Me alegro de Alberti», «Tolstói amando locamenti», «Come y Callas», «Dylan lo que Dylan»… así hasta 70 modelos diferentes que hacen guiños a grandes personajes de la literatura, la historia, la pintura, la música, el cine y la cultura en general.

«Somos muy aficionados a los juegos de palabras, a los palíndromos, a Raymond Queneau y sus Ejercicios de estilo, a la patafísica, a Tip y Coll y al humor en general», explican desde Tuki & Co .

«Compartimos estas aficiones con nuestros amigos, así que es frecuente que en nuestras reuniones salgan estos lemas de manera natural. Así que las ideas se las debemos, sobre todo, a las cabezas más o menos lúcidas (y más o menos afectadas por ciertos consumos), de nuestros amigos. Otras frases pertenecen a la cultura popular y nos han acompañado desde la infancia. Queríamos compartir nuestra mirada cargada de ironía con un público despierto y con inquietudes».

Hoy esas chapas y totes se han convertido en productos tremendamente populares.

«A lo largo de estos años hemos recibido, además, innumerables sugerencias de clientes, tanto individualmente como en colectivo», añade Jaime Rodríguez-Piñero.

«En varias ocasiones nos han enviado sus ideas bibliotecas y colegios que han organizado concursos con sus lectores. Un cliente particular nos ha propuesto más de diez. Tenemos especial cariño a una clienta, ya amiga, profesora de Literatura en un instituto, que ha introducido en sus clases nuestras frases, y hace a sus alumnos partícipes de nuestros juegos. Recibimos sus propuestas con inmenso agradecimiento, las trabajamos y convertimos en nuevos modelos».

Por Ximena Arnau

Ximena es redactora de Yorokobu y Ling

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