El sistema democrático actual de este país está caducado. El miedo y el deseo de conservar las posiciones de privilegio intentan construir muros ante cualquier idea de cambio pero esta resistencia lo más que puede conseguir es retrasar lo inevitable. Hay una elite de pensadores, como Víctor Sampedro, que asegura que la nueva democracia nacerá impulsada por la tecnología. Internet favorece la transparencia, el código abierto, los commons… La Red está abriendo el mundo. Y cada vez lo hará más por mucho que se blinde un congreso ante sus ciudadanos. No solo son quejas. También hay propuestas: ciberdemocracia y wikiconstitución.
El catedrático de opinión pública y comunicación política Víctor Sampedro considera que “un representante democrático es el que recibe propuestas, rinde cuentas, es revocable y da opciones”. Esta es la aspiración. La realidad es distinta. “Los políticos actuales toman a sus críticos como enemigos y representan intereses muy reducidos. Tenemos que profundizar en la democracia”.
El responsable del grupo de investigación Ciberdemocracia dice que muchos grupos reivindicativos están pidiendo transparencia y participación. “Esto es lo que tiene que desarrollar el nuevo código democrático”, asegura.
El futuro sistema democrático se basará en muchas de las nuevas reglas del juego que está imponiendo la tecnología. “Neutralidad, código abierto y colaboración”, especifica Sampedro.
Neutralidad. “La democracia debe ser neutral. Debería permitir la participación de las clases pasivas y activas. De hombres y de mujeres. De todos por igual. La Red es todavía neutral porque no distingue entre una persona u otra. Solo distingue entre 0 y 1. No distingue a quien nos mira, a los que trackean (seguir la navegación de un usuario), los que nos piden que admitamos cláusulas de contratos que no leemos… Internet será neutral mientras el acceso sea igual para todos”, explica el investigador.
Ahí está el peligro. La neutralidad está en juego. El catedrático habló de un escenario cercano en el que internet podría ir a dos velocidades. Una premium y otra básica. Eso ataca frontalmente el espíritu libre y democrático de la Red. Además, advirtió sobre la idea de algunos buscadores de vetar contenidos sin copyright y primar los corporativos.
Código abierto. “Esto implica que la democracia que tenemos que construir nunca debería excluirnos de su construcción. Tiene que ser una democracia hecha por sus ciudadanos”, apunta el catedrático. Igual que los programadores diseñan el nuevo marco tecnológico.
“Todos tenemos derecho a reproducir el código democrático. Podemos exigir que se publiquen las cuentas y los datos. El código de la democracia tiene que ser copiable y reproducible”, indica en referencia a la necesidad cada vez más obvia de leyes de transparencia que permitan realmente al ciudadano conocer qué están haciendo las administraciones y acceder a la información de esos documentos de manera sencilla.
Una de las principales quejas en la actualidad se refiere a los formatos cerrados en los que se da la información. Un pdf, por ejemplo, dificulta copiar y pegar los datos para utilizarlos. Las herramientas abiertas permiten trabajar con el contenido más fácilmente.
Colaboración o espíritu wiki. “La escribimos y la mejoramos entre todos”, enfatiza. “Islandia ya lo ha hecho. Hay muchos ejemplos. También se hizo en Puerto Alegre y en iniciativas de gestión del bien común”.
Islandia decidió recurrir a la inteligencia colectiva para redactar su nueva constitución. Sampedro, que asistió a parte del proceso como observador e investigador, dice que los islandeses aprendieron de sus errores y “hoy piden tres cosas”. “Uno. Auditorías políticas y económicas. Hay una fiscalía especial que exige responsabilidades a las personas que gestionaban el país cuando se produjo el colapso financiero en 2008”, explica.
“Dos. Todas las generaciones tienen el derecho a reescribir el contrato social. Pueden escribir una nueva constitución. Esta vez se hace de forma colaborativa. Está abierto a toda la sociedad. La constitución ahora está refrendada por el pueblo sin pasar por el parlamento. Es directamente un referéndum social porque el parlamento es parte de lo que hay que reformar”.
“Tres. Han decidido hacer un cambio de modelo de desarrollo. Compraron la idea de ser un paraíso fiscal (lo llamaban capitalismo vikingo) y lo han cambiado por convertirse en baluarte del periodismo de investigación porque garantiza una mayor democracia. Es otro modelo de crecimiento sostenible. Han reemplazado su decisión de ser el país con el capitalismo más salvaje para ser el aladid de la transparencia y el periodismo de investigación”.
Este modelo tiene críticos. Sí. Los que dicen que “la fórmula funciona porque solo son 300.000 habitantes. Muy bien. Entonces que haga una wikiconstitución cada ayuntamiento”.
Islandia se ha convertido en un referente y hoy cada vez más grupos piden wikiconstituciones para distintos lugares. Una de las más recientes, Constitucionabierta.com.
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