La soledad es un bien valioso y cada vez más extraño. El mundo tiende a estar hiperconectado y, por ello, la maravillosa sensación del aislamiento elegido y voluntario tiende a desaparecer. El planeta se convierte en un ecosistema de nodos conectados en todo momento. Sin embargo, existe el peligro de que, con la excusa de que los ciudadanos tienen derecho a formar parte de este mundo conectado, lo que obtengamos sea un universo de consumidores conectados alimentando al consumismo irresponsable.
A nadie le cabe -o le debería caber- la duda de que un ciudadano conectado es un ciudadano más informado y, por ello, más formado y con una mayor capacidad crítica. La información aumenta el poder de las personas y el acceso a un mayor número de fuentes incrementa la calidad de la misma a la vez que obliga al receptor a diferenciar el polvo de la paja.
Sólo el argumento del acceso universal y ubicuo al conocimiento, debería servir como excusa para que todos los ciudadanos del planeta formasen parte de los flujos de información que circulan alrededor del mundo. Sin embargo, lo que motiva a aquellos gigantes que pretenden hacer de lo móvil algo habitual es la posibilidad de vender más. Es su negocio y están en su derecho. Pero, ¿crearía esto una masa de consumidores de gatillo fácil a la hora de gastar su dinero? ¿Se debe aceptar este paradigma como producto de esa hiperconexión?
«Es el signo de los tiempos. Desde mi perspectiva de una compañía global de comunicación que incluye advertising, la confusión es buena para el negocio. Alguien tiene que decirle a un consumidor confundido donde gastar sus dólares». El que habla en esos términos es Michael I. Roth. Roth cree que en el mundo móvil hay una gran oportunidad de crecimiento ya que son aún muchos millones de personas en el mundo las que no disponen de conexión móvil. El CEO de Interpublic, que prevé 24.000 millones de dispositivos conectados a final de esta década y un mercado cifrado en 4 billones y medio de dólares, la oportunidad del comercio móvil está aún por explotar.
El ecosistema móvil cuenta con la ventaja de que es «portable, geolocalizable y siempre está encendido», explico durante su charla en la edición de 2012 del Mobile World Congress. Roth cree que el salto definitivo se dará cuando se pase del «mobile marketing al mobile engagement» y puso como ejemplo a Viggle.
Viggle es una app para iOS que ofrece descuentos y otro tipo de premios por hacer check in en programas de televisión en una suerte de convergencia entre internet, televisión y apps móviles. «Viggle consigue dar nueva vida a un viejo canal», dijo.
Best Buy es una de las empresas que ofrece ese tipo de premios a través de viggle. Su CEO, Brian J. Dunn, insistió en la importancia de que todos los dispositivos estén conectados y de que el acceso sea universal. Mil millones de visitas a BestBuy.com el pasado año confirman la fe de Dunn en la conectividad pero, ¿es posible que se pueda conectar al mundo y se haga de manera responsable y sostenible?