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Cómo cazar bulos y cómo desmentirlos

Acabó la era de la credulidad infinita y empezó la era de la desconfianza total. La época de «es verdad porque ha salido en la tele» ha dado paso a «todo es mentira». 

Antes se daba por hecho que la información era rigurosa. Ahora impera el escepticismo en este cacao de noticias, memes, bulos, manipulación, desinformación, titulares a gritos, programas de política-espectáculo y mensajes de medio pelo en WhatsApp. 

Es tal el recelo y la hartura que hoy muchos deciden si una información es veraz en función de un solo factor: estar de acuerdo con ella. Mario Tascón, fundador de Prodigioso Volcán y presidente de la Fundéu, lo explicó con una viñeta en la que una mujer pregunta:

—¿Cuándo sabes si una noticia es verdad?

Y su pareja le responde:

—Cuando estoy de acuerdo.

La desinformación no es un fenómeno nuevo; es eterno. Tascón lo mostró con un bulo que se hizo muy famoso en la España del siglo XVIII. En aquellos días estaban fascinados con el monstruo de Tagua Tagua. En los periódicos hablaban de un animal siniestro dotado de dos colas: una, llena de anillos para atrapar a sus presas, y otra, con una flecha para matarlas. Contaban que lo encontraron en las Américas y que de allí lo trajeron a Cádiz. Tan misterioso y espeluznante era el suceso que llegó hasta la prensa de París. 

A todo el mundo le encantaba hablar de aquella criatura extraordinaria. Apareció en los periódicos y fue conversación de tabernas por el mismo motivo que triunfa hoy la desinformación: «Es una historia que la gente se quiere creer. Las mejores historias merecen el mayor de los escepticismos. Es importante tener esto siempre en la cabeza», dijo Tascón en la sesión Así funcionan los bulos (fake news), que organizó Prodigioso Volcán por el Día del Periodista.

Tampoco es un descubrimiento actual que, entre las noticias, haya mentiras, relatos que solo son media verdad o que son verdad y media, como decía Karl Kraus. En el siglo XV las llamaban falsas nuevas, indicó Tascón, y hoy también se las puede nombrar como infundios, insidias, posverdad, truchos…

El presidente de la Fundéu habló de las fábricas de mentiras. Es algo ya tan común, tan evidente y quizá tan blanqueado que hasta se anuncian con alegría. «Vi una noticia en BuzzFeedNews que decía que una empresa de relaciones públicas vende mentiras», dijo Tascón. 

«Una firma promete “usar cada herramienta y sacar todo el provecho posible para cambiar la realidad en función de los deseos de nuestros clientes”».

No es de extrañar que este escenario haya llevado a la idea generalizada de que se miente más que se habla. O peor aún: como dice Noam Chomsky, «nadie cree ya en los hechos».

Las técnicas de manipulación están mejor diseñadas y pulidas que nunca. Las palabras se han convertido en armas y la propaganda ha adquirido el nivel de «guerra lingüística». Así lo describe un artículo de The Guardian que citó Tascón.

En Prodigioso Volcán han analizado algunas de las técnicas más habituales para falsear la verdad y lo han publicado en este vídeo para Levanta la cabeza.

Las siete formas que describen para falsear los hechos son:

  1. Contenido inventado
  2. Contenido impostor
  3. Contenido manipulado
  4. Contexto falso
  5. Omisión de contenido
  6. Conexión falsa
  7. Sátira o parodia

El peligro de la desinformación es que corre más rápido que la información. «Es más probable que la información de baja calidad se haga viral. Las imágenes descuidadas, las manipulaciones fotográficas, los materiales auténticos descontextualizados, los vídeos de políticos modificados, las noticias falsas desde sitios impostores… Todo esto suele circular más que la información real», dijo Tascón, citando un estudio de la revista Nature.

Avala este dato una investigación más. «Las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser retuiteadas», añadió. ¿Por qué? «Porque son percibidas como más novedosas y porque provocan temor o indignación».

Para destruir los bulos y restablecer los datos verídicos, Mario Tascón propuso utilizar el sándwich de Lakoff: 

Recordó que «todos somos público manipulable» y señaló que hay mucha desinformación que se delata por sí misma. Por ejemplo, esas llamadas de atención a gritos tipo «Esto no lo verás en los medios». Esa es la fórmula utilizada en uno de los bulos más famosos de los últimos años: el de la ya célebre Montaña García. 

Por Mar Abad

Periodista. ✎ Cofundadora de la revista Yorokobu y de la empresa de contenidos Brands and Roses (ahí hasta julio de 2020).

Libros.  Autora de Antiguas pero modernas (Libros del K.O., 2019). «No es una serie de biografías de mujeres; es una visión más vívida, más locuaz y más bastarda de la historia de España». Lo comentamos en El Milenarismo.

Autora de El folletín ilustrado junto a Buba Viedma. Lo presentan en Mundo Babel (Radio3) y en Las piernas no son del cuerpo, con Juan Luis Cano (Onda Melodía).

Autora de De estraperlo a #postureo (editorial Larousse, 2017). Un libro sobre palabras que definen a cada generación y una mirada a la historia reciente desde el lenguaje. Hablamos de él en Hoy empieza todo (Radio3), XTRA!, La aventura del Saber (La2).

Autora junto a Mario Tascón del libro Twittergrafíael arte de la nueva escritura (Catarata, 2011).

Laureles. ♧ Premio Don Quijote de Periodismo 2020. Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2019, Premio Internacional de Periodismo Colombine 2018, Premio de Periodismo Accenture 2017, en la categoría de innovación.

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