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¿Cómo influyen las redes sociales en el lenguaje?

El español lleva siglos evolucionando en su viaje por el tiempo. Hace unos años encontró un nuevo lugar llamado redes sociales. La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Asociación Española de Responsables de Comunidad y Profesionales Social Media (AERCO) quisieron parar hoy el tiempo, durante unas horas, para mirar qué ocurre allí.

(Ilustración de Luisbboy)

“¿Son los medios sociales un reto para el buen uso del español?”. La pregunta fue del responsable de estrategia en medios sociales de Fundéu, Álvaro Peláez, y para responderle, en la I Jornada sobre el uso correcto del español en los medios sociales, celebrada en el Centro de Innovación de BBVA, estaban Sindo Lafuente, Mario Tascón, Guillermo de Haro, Txema Valenzuela y Xosé Castro.

Dicen algunos que internet es el malo. Que corrompe el idioma. Sindo Lafuente, adjunto a la dirección de El País, discrepa. “Hoy echamos la culpa de todo a internet”. Pero “no deberíamos asustarnos de twitter ni de las nuevas tecnologías”. La influencia es mutua y la evolución del lenguaje y de la tecnología empieza y acaba en el mismo círculo. “Los periodistas trabajamos con las palabras como herramientas. Igual que son herramientas las nuevas tecnologías. McLuhan decía que nosotros creamos las herramientas y luego las herramientas nos crean a nosotros”.

Para el adjunto a dirección de El País los medios interactivos “no representan ninguna agresión a la lengua española”. Todo lo contrario. “Son una oportunidad. Si nos trasladamos a todos los lugares en los que se habla castellano, la red nos da la oportunidad de compartir una lengua que estaba compartimentada. Internet nos ofrece un espacio global instantáneo para compartir el español. Antes cada lengua iba por su lado”.

Las redes sociales están acelerando los cambios que se están produciendo en los idiomas. Pero no tiene sentido mirar este hecho con recelo. “Las academias no deberían velar por la pureza del idioma, sino por su evolución. Si no evolucionara, tendríamos que acabar abandonándolo porque perdería su función. En estos ritos de paso que la tecnología nos ofrece hemos pasado de una época en la que se hablaba mucho por teléfono (nos regañaban porque hablábamos demasiado y no escribíamos cartas) a una era en la que se escribe muchísimo. Hemos pasado de un uso de la lengua más oral a uno más escrito”.

Es más, “nunca se ha escrito tanto desde que existe el correo electrónico y se utiliza el chat”, enfatizó el fundador del desaparecido Soitu.es. “Esto nos obliga a utilizar de forma diferente las palabras y a organizar bien el lenguaje. Es una buena noticia”.

Internet ha dado lugar a “otra buena noticia” para el castellano. “En EEUU usar las redes sociales y hacerlo en español tiene un sentido de pertenencia. Dota de cierta identidad a unas personas. Los hispanos quieren hablar en inglés como símbolo de integración pero hablan español como signo de pertenencia”.

Para Lafuente, “el uso de herramientas como twitter aporta un enfoque diferente. Con muy pocas palabras, un mensaje tiene la capacidad de hacer algo interesante que te invite a leerlo. Los titulares han entrenado a los periodistas en la brevedad y en decir algo atractivo en muy pocas palabras. De eso va twitter. De alguna manera, twittear es algo a lo que los periodistas estamos acostumbrados”.

El adjunto a la dirección de El País hizo referencia al ocaso de la supremacía de los medios de comunicación como fuente de información mundial. “Todo el proceso de desintermediación al que nos ha llevado la tecnología está ocurriendo con el tema del lenguaje. Ahora los medios tenemos cada vez un papel más marginal. Cualquiera tiene su twitter y cualquiera puede hablar. Los medios siempre fueron liderando y fueron prescriptores. Hoy hay personas que tienen muchos seguidores y se van convirtiendo en prescriptores. No son ni medios ni periodistas. Simplemente tienen el talento de comunicar. Es muy difícil establecer didácticas y controles en un mundo, afortunadamente, tan abierto. Ahora son los individuos y no los medios los que empiezan a prescribir”.

Turno de Mario Tascón. El socio director de Prodigioso Volcán arrancó con contundencia. La clave para escribir correctamente en internet la dio hace un tiempo García Márquez: “El único consejo que puedo dar para escribir bien en internet es saber escribir”.

La revolución más radical de todo esto, para Tascón, no tiene tanto que ver con la tecnología como con el hecho de haberse convertido en algo público. “Uno de los principales cambios es la escritura pública. Más que quedarnos con el cambio tecnológico, es interesante entender que la escritura se ha hecho pública. Es lo más novedoso para las personas y para las empresas”. Y es, según el fundador de Prodigioso Volcán, “un signo de optimismo”. “Cuando alguien escribe en público, y lo lee más gente de lo que él pensaba, va haciéndose más exigente con su forma de escribir y con la escritura de los demás”.

Tascón enumeró, a continuación, una serie de “cuestiones importantes” que se están originando con el uso de las redes sociales:

“Nos movemos del monólogo al diálogo. Me gusta mucho una frase de Vicente Verdú: ‘Los periodistas durante mucho tiempo pensamos que a la gente le gustaba escuchar y descubrimos que lo que le gustaba era hablar’. Nunca ha habido una oportunidad de comunicarse con los lectores como hay en la actualidad”.

“Globalidad. Cada vez que nos asomamos a Twitter o un blog estamos en un mundo global. Nos guste o no. En otro lugar, nos pueden entender de otra forma. Es difícil porque venimos de un mundo local y nos asomamos a un balcón global”.

“Los españoles nos creemos los garantes de este idioma. Pero no es así. El resto de hispanohablantes tienen mucho que decir. Aunque sea por la cantidad de personas que viven en América. Es la principal oportunidad del español para seguir creciendo y evolucionando”.

“La velocidad de los mensajes que enviamos condiciona el lenguaje. El medio influye. No es neutro. Y esto no solo vale con las palabra. Esto ocurre con toda la comunicación en general. También con las máquinas. No es lo mismo un signo que otro en el lenguaje informático. Cambiamos ideas y usos de palabras en horas, minutos… Esto era imposible hace años”.

“Las redes sociales obligan a los periodistas a un entrenamiento continuo. El ejercicio de titulación en twitter es constante”.

“Las posibilidades de escritura que nos proporcionan las máquinas. Hace tiempo que trabajamos con máquinas para titulación. Hay que estar atentos a estos tipos de escritura”.

“Han vuelto a ponerse de moda los géneros breves. Los chistes y los refranes siempre han funcionado con éxito. Están en la base de nuestro lenguaje. Pero twitter se ha convertido en el torrente de este tipo de ingenio. El éxito de esta red social tiene mucho que ver con esto”.

Txema Valenzuela, responsable de comunicación online y redes sociales de BBVA, describió así la importancia del lenguaje escrito en la actualidad. “Ahora nuestra identidad está formada por una foto muy pequeña y todo lo que escribimos. Y eso hace que nos preocupemos muchísimo más por lo que redactamos. Estamos participando en un medio global. Todo lo que decimos puede llegar a todo el mundo”.

Ese mundo, sin embargo, es tan grande o pequeño como se extienda la red de un individuo. “En las redes sociales nos movemos en círculos. No siempre comunicamos para todos. Comunicamos para personas que tienen un interés común. Tendemos a establecer diálogos de intereses comunes y eso genera argots propios. Generamos jergas independientes con la gente que aparece en nuestro timeline. Esas van a ser las nuevas fronteras y no las fronteras entre países”.

Valenzuela descubrió esta nueva división en su trabajo diario en BBVA. “En un departamento de comunicación de una gran empresa tenemos que aprender a jugar con tonos muy dispares. Una gran compañía habla de muchos temas (deportes, economía, innovación…). Las comunidades que surgen de una firma tan grande hace que tengas que saber moverte en distintos registros”.

El responsable de comunicación online advirtió de que “la incorrección en el lenguaje en internet nos acaba arrastrando”. “Antes se hablaba de errores del lenguaje deportivo, por ejemplo, pero ahora el económico se lleva la palma”, indicó. “Muchas veces los que estamos en el origen de la comunicación (las empresas), cuando emitimos notas de prensa, empezamos escribiendo mal y eso se traslada a los periódicos. A menudo se utilizan expresiones sin sentido y eso cala en la prensa”.

“Abusamos de anglicismos y del spanglish en la comunicación de nicho”, continúo. “Estamos ante un nuevo juego que está surgiendo con los medios y las redes sociales. Muchas veces generamos miedos. Lanzamos (como yo lo llamo) ‘palabras que suben el precio’. Términos en inglés que utilizan las consultoras para que no las entiendas y que al final repercuten en una subida de precios. Ya teníamos palabras para contar cosas. No tenemos que inventarlas ahora”.

Para Valenzuela, el lenguaje en internet requiere de un cuidado exquisito, porque, como dijo, parafraseando a Risto Mejide, “las faltas de ortografía son la halitosis de twitter”.

Hay un aspecto que importa mucho al presentador de TV Xosé Castro de la relación entre el lenguaje y los medios sociales. “Lo que me interesa es la forma en que las redes sociales han cambiado la redacción. El diálogo es lo que más caracteriza a los medios sociales. Pero España es un país sin tradición de servicio al cliente. No estamos acostumbrados a responder a los clientes”, dijo el traductor e intérprete. “Busquen una noticia en un periódico anglosajón o alemán y vean esa misma noticia en un medio español. Miren los comentarios. Los españoles son más negativos. Hacemos un esfuerzo especial en quejarnos”.

Castro comentó que le sorprende “cómo estamos cambiando la ortografía en internet”. “Estamos empezando a crear una nueva ortografía para internet. La RAE nos sirve hasta que encendemos el ordenador. Tenemos una especie de ortografía técnica aplicada”.

Pero, además, los dispositivos digitales “están cambiando la forma de leer”. “La pantalla es, en realidad, una fuente de luz. Por lo tanto, nuestro cansancio al leer depende del color que haya elegido el diseñador para el fondo de la página. En muchos periódicos se utiliza un tipo de letra en su versión digital y otra para la versión impresa. El párrafo americano, por ejemplo, impera en internet. En español no se acepta. Hay una sangría para distinguir párrafos. Sin embargo, en la escritura para pantallas se utiliza el párrafo americano porque facilita la lectura. La norma tendrá que acabar aceptándolo”.

El corrector de estilo aseguró que hay muchas personas a las que solo conoce “por sus letras, por su forma de escribir, por sus textos en twitter y en facebook…”. “Imaginad la importancia que tiene”, resaltó. “Esa persona es más ella que cuando leo sus declaraciones en un medio. Somos la persona que escribe”.

Castro asumió su rol de guardián de la norma y recordó: “No podemos dejarnos llevar por esta coloquialidad de los medios sociales y contribuir a la creación de ciberanalfabetos. Yo, como medio, soy un agente cultural y no puedo olvidar ese papel. Muchas veces, las personas intentan disfrazar su lenguaje y en esos casos yo digo: Si no te entiendo, el tonto eres tú”.

Por Mar Abad

Periodista. ✎ Cofundadora de la revista Yorokobu y de la empresa de contenidos Brands and Roses (ahí hasta julio de 2020).

Libros.  Autora de Antiguas pero modernas (Libros del K.O., 2019). «No es una serie de biografías de mujeres; es una visión más vívida, más locuaz y más bastarda de la historia de España». Lo comentamos en El Milenarismo.

Autora de El folletín ilustrado junto a Buba Viedma. Lo presentan en Mundo Babel (Radio3) y en Las piernas no son del cuerpo, con Juan Luis Cano (Onda Melodía).

Autora de De estraperlo a #postureo (editorial Larousse, 2017). Un libro sobre palabras que definen a cada generación y una mirada a la historia reciente desde el lenguaje. Hablamos de él en Hoy empieza todo (Radio3), XTRA!, La aventura del Saber (La2).

Autora junto a Mario Tascón del libro Twittergrafíael arte de la nueva escritura (Catarata, 2011).

Laureles. ♧ Premio Don Quijote de Periodismo 2020. Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes 2019, Premio Internacional de Periodismo Colombine 2018, Premio de Periodismo Accenture 2017, en la categoría de innovación.

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