Categorías
Creatividad

Coños: así desestigmatiza el arte la vulva en Instagram

Lo conocemos por muchos nombres: coño, vagina, vulva, chichi, chocho, potorro, parrús, chucha, chumino… Seguro que al oír muchos de esos nombres habrá quien haya arrugado el morro en un gesto de desagrado y reprobación.

¿Por qué? ¿Qué hay de malo en hablar sin tapujos del órgano sexual femenino? Al fin y al cabo, como ya dejó claro Gustave Coubert en 1866, estamos hablando del Origen del mundo.

Nerea Martínez (@nerea_martinez)

No se representaba la vulva en el arte si no era para simbolizar la fertilidad y el erotismo, pero algo está cambiando en la actualidad a la hora de retratar la vagina.

Dibujar un coño es un acto reivindicativo, un rotundo golpe en la mesa que da la feminidad para decir que ya está bien de ese papel tan restrictivo. Que el coño está ahí, aunque nos empeñemos en ocultarlo, y que lo que simboliza es la enorme diversidad entre las mujeres.

Katherine Kim (@catherinejkim)

Para Vagina Guerrilla, plasmar vulvas en paredes y puertas de servicios públicos no es más que una reivindicación por convertir el chichi en un icono cultural como lo es el pene.

«Vagina Guerrilla es un intento de proporcionar a nuestra sociedad un símbolo universalmente aceptado para la vulva. Para que mañana, pollas y coños, penes y coños puedan conquistar nuestras paredes uno al lado del otro y, juntos, dar cabida a un poco más de igualdad de género en nuestras vidas», afirman en su manifiesto.

Vagina Guerrilla (@vaginaguerilla)

Hilde Atalanta, ilustradora afincada en Ámsterdam, ha creado la Vulva Gallery para «celebrar la vulva en toda su diversidad en todo el mundo». Para esta artista, todas las vulvas son únicas, pero los medios de comunicación se empeñan en mostrar un solo tipo.

«Ya sea en revistas, porno o incluso en libros de biología, en todo el mundo nos enfrentamos constantemente a una imagen distorsionada de la vulva “perfecta”, presentada como “normal”. Esto nos ha llevado a muchas de nosotras (que nos vemos diferentes de esa vulva perfecta) a creer que no encajamos en la imagen “normal”».

The Vulva Gallery (@the.vulva.gallery) by Hilde Atalanta (@hildeatalanta)

Con su galería, pretende demostrar que vulvas hay muchas y que todas, absolutamente todas, son normales y perfectas. Con el mismo objetivo, el de plasmar la diversidad, crean sus esculturas vaginales los dos artistas que han creado Project Wallflower.

Project Wallflower (@project_wallflower)

Sally Hewlet, sin embargo, no representa vulvas en sí, sino pubis. «Mi interés se centra en cómo vemos las cosas (por qué nos parecen feas, hermosas o repugnantes). Me interesa saber por qué la gente se quita el vello corporal y por qué muchas personas ven el vello púbico y axilar tan feo y asqueroso», explica.

Sus piezas tratan de «desbaratar ideas dadas por sentadas, como la de que el vello púbico es sucio. Tal vez sea posible cambiar esa visión si se representa de otra manera».

Sally Hewett (@sally_hewett)

Hewlet utiliza telas y bordados en sus obras, en parte porque quiere que las asociaciones que hacemos de estos materiales (el trabajo de las mujeres, las sufragistas…) formen parte de su trabajo.

«No pueden separarse las asociaciones históricas de los medios y las técnicas», afirma.

Sally Hewett (@sally_hewett)

«Y creo que lo mismo puede ser cierto en el caso de las vulvas. Las asociaciones que se han ido formando a lo largo del tiempo (erotismo, fertilidad, etc.) son tan poderosas que no es posible ver la vulva representada en el arte sin que se vea afectada por esas asociaciones».

Sally Hewett (@sally_hewett)

«No podemos tener una visión puramente objetiva, no lo creo. Supongo que hasta cierto punto eso es lo que hace que la representación de la vulva sea tan poderosa y, por lo tanto, abierta a todo tipo de objeciones de aquellos que la desaprueban».

Por su parte, la artista estadounidense Suzanna Scott aborda el feminismo desde la asociación que se hace del cuerpo y la sexualidad femenina con el dinero y el poder.

Suzanna Scott (@suzanna_scott)

Su serie Coin Cunt utiliza el interior de los monederos y los cose de tal forma que parezcan vulvas. «Al mismo tiempo», explica, «esta colección sirve como un símbolo oportuno de empoderamiento e igualdad para todas las mujeres».

Orgasmthink (@orgasmthink)

Sea como sea, la imagen del coño quiere dejar de ser un tabú. Vetar una vagina, una vulva, no es más que estigmatizar el cuerpo de la mujer y a ella misma. Abran los ojos. Esto es un coño. ¿De dónde creen que hemos salido si no?

Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

Salir de la versión móvil