Wearbeard se dejó barba hace ya siete años por una mezcla de vanidad y valentía, por eso de que cuando se la quite, parecerá más joven y todos dirán «tío estás mucho mejor». Ha creado hasta un manifesto traducido a varios idiomas, donde lo explica.
Al mismo tiempo empezó su proyecto urbano, regalar barbas por el mundo, con una pegatina como medio. Cada vez que él o sus amigos viajan, reparte un fajo de stickers para que se coloquen en los lugares más fotogénicos y así, su firma ha llegado a la Gran Muralla China, Madagascar o la Patagonia.
Wearbeard compagina su trabajo de director de arte en agencia, con sus freelances como ilustrador, bajista de Billy Bob Dillon, para el que también hace visuales y carteles; y pinta con tranquilidad malagueña, para una exposición individual llena de alegría, arco iris y sobre todo, pelos de colores.
Sketchbook
Eduardo Vea Keating, redactor creativo hiperactivo en DraftFCB, Chicago.