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Crónica del 2013 desde un punto de vista humano


No sería raro que cuando se acabe este año nos encontremos por la calle con un vendedor de camisetas que lleven impresa la frase “Yo sobreviví al año 2013”, como las que a veces se dice que venden en Estados Unidos tras alguna tragedia. La situación social que estamos viviendo durante este año está poniendo a prueba la resistencia de muchos. Por desgracia algunos no consiguen aguantar. Y las esperanzas y planes de muchos se han enfriado y esperan a que lleguen tiempos mejores.
En el reparto de papeles a los fotógrafos les ha tocado uno muy importante: tienen que ampliar nuestra visión, ponerse el casco y jugársela en las manifestaciones, fotografiar los barrios a los que quizá nunca vamos, mostrarnos lo que pasa ahí fuera. Es un trabajo importantísimo porque a veces una imagen nos ayuda a comprender muchas cosas, como por ejemplo lo que está detrás de ciertos indicadores macroeconómicos.
Jonás Bel y Rafael Trapiello son dos jóvenes fotógrafos que han decidido cumplir con este deber y han puesto en marcha el proyecto 2013, un proyecto online y editorial en el que quieren fotografiar a personas normales que viven en la España de 2013. Completan el retrato fotográfico con una ficha que los retratados rellenan de su puño y letra y en la que, aparte de sus datos personales (nombre, edad, ocupación, etc), explican su opinión sobre lo que sucederá, está sucediendo o ha sucedido en el 2013, qué desean para este año y qué les gustaría cambiar.

Rafael Trapiello cuenta que “el germen del proyecto es una conversación con Carlos Spottorno sobre la responsabilidad que tenemos los fotógrafos españoles contemporáneos de retratar estos momentos tan convulsos en que nos hallamos inmersos. Esta conversación, a su vez, dio lugar a un post en el blog de Spottorno, Asuntos Fotográficos, que tenía por título La trinchera y que fue el revulsivo final para tomar la decisión de comenzar un proyecto de marcado carácter social. A los pocos días, en diciembre del año pasado, hablamos por teléfono con la idea de empezar un proyecto juntos Jonás y yo, y decidimos que ese proyecto sería de retratos, siguiendo la estela marcada hace casi un siglo por August Sander en la República de Weimar en su trabajo Face of our time«.

«Nos reunimos un par de días más tarde y establecimos las líneas conceptuales y formales del proyecto. Mantendríamos el formato 4/3 de las imágenes de Sander, pero las fotografías serían en color y en ellas los personajes siempre ocuparían el mismo espacio en el encuadre. Así, no habría ni primeros ni medios planos para no dar mayor importancia a unos frente a otros. El 1 de enero de 2013 empezamos a retratar con estas bases a una persona cada día, de lunes a viernes, y así continuaremos hasta el 31 de diciembre. Finalmente tendremos 258 retratos de ciudadanos españoles en el año 2013”.
Una cocinera, un consultor empresarial recién casado, un arquitecto, un ama de casa de 89 años, un bombero, una presentadora de noticias de la tele, músicos, periodistas, electricistas… En 2013, Bel y Trapiello intentan acercarse a todos los sectores de la sociedad aunque sin pretender llevar a cabo un trabajo científico: “No buscamos estándares, sino todo lo contrario, queremos representar lo heterogénea que es la sociedad española contemporánea. Aunque tenemos unas estadísticas del INE que nos sirven como referencia, como los porcentajes de la población por edades y ocupaciones para intentar no dejarnos fuera a ningún sector de la población, lo cierto es que no las tomamos al pie de la letra. Muchas veces es también muy importante el factor emocional a la hora de elegir a los retratados”.




Como decíamos, cada uno de los protagonistas completa a mano una ficha en la que se identifica y expresa sus deseos para el año o su opinión sobre la situación actual, lo que aporta un punto más de autenticidad a su retrato, lo humaniza y, como Rafael nos comenta, le da voz. “Los retratos no dejan de ser nuestra interpretación subjetiva del personaje que tenemos frente a la cámara. La ficha supone añadir un lugar en estos retratos en el que cada persona se defiende con su puño y letra. Deja de ser un trabajo con dos voces, las nuestras, y se convierte en un relato con 258 voces más. Cada conjunto de retrato y ficha se convierte así en una pequeña historia; imagen y palabra se unen para darnos una idea mucho más aproximada sobre el personaje de que se trate. La decisión de que la ficha sea manuscrita es desde nuestro punto de vista todo un acierto, pues además de proporcionar mayor veracidad al documento, nos deja entrever sutilmente rasgos de la personalidad o la educación del que la escribe”.
Pero aparte de lo que podemos ver en la web, el proyecto también tiene su presencia en el mundo real. “Ambos creemos que el lugar de la fotografía está en el papel. Internet es fantástico para informarse sobre lo que está pasando ahora, en este momento. Lo malo es que lo que pase mañana sepultará a lo que está pasando ahora. En un blog como el nuestro esto se ve claramente: los retratos nuevos sepultan a los viejos, estableciendo una jerarquía de importancia (lo más relevante arriba, lo menos relevante abajo) que no nos gusta. El papel soluciona este problema, ya que la lectura es horizontal. Sin embargo tiene otras pegas propias del medio, que fundamentalmente se resumen en el coste de producción y distribución”.
Pero hacer un libro con todas las fotos, que sumaría unas 600 páginas, representaba para estos dos profesionales un proyecto demasiado ambicioso, con lo que, en el más puro estilo de las novelas por entregas del siglo XIX, pensaron que la mejor forma de presentarlo era preparar una entrega mensual con un buen diseño, materiales modestos y un precio ajustado. También es posible suscribirse para asegurarse de recibir los 12 números. “La suscripción a las doce entregas se convierte así en una especie de crowdfunding que, finalmente, ha hecho posible la publicación. Decidimos editarlo en PHREE, la editorial de Juan Valbuena, por tratarse de un sello dedicado exclusivamente a libros de fotografía documental en primera persona, que es exactamente lo que nosotros hacemos”.
El primer número se presentó en la Librería Rafael Alberti de Madrid el 22 de Febrero. Cinco días después se había agotado. Pero todavía hay forma de conseguirlo “En las entregas sucesivas mantendremos el mismo número de ejemplares, con la salvedad de que reeditaremos los números que se agoten exclusivamente para los suscriptores, aunque estos números no estarán numerados ni firmados”.












Por Juanjo Villalba

Juanjo Villalba es escritor y traductor. Puedes seguirle en @juanjovillalba

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