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Relatos ortográficos: Cuando las palabras se divorcian: cómo separar palabras al final de línea

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La suya no era una relación al uso, de esas que bendice la Iglesia. Pero se empeñaron en quererse y acabaron casándose. Porque, además de retozar juntos (y con otros) bajo las sábanas, les gustaba un sarao más que comer con los dedos. Y en eso, en montar fiestones con final feliz para todos los invitados, eran los mejores.

Tan bien se les daba que acabaron montando un club de swingers muy coqueto y oscuro a cuya inauguración invitaron a todos sus vecinos. «¿Y no habría sido mejor que tuvierais un hijo para terminar de sellar vuestra unión en lugar de esto?», se atrevió a preguntar la beata del cuarto derecha, que se santiguaba como si viera al demonio cada vez que los veía. «¡Uf, qué va, doña Remedios! Los hijos, al contrario que el dinero, no se pueden dividir ni repartir».

De divisiones entre palabras cuando llegamos al final de una línea y no caben enteras vamos a hablar hoy. Y como el tema es largo, vamos al lío sin más preámbulos.

[pullquote]Regla principal: las palabras en español están formadas por sílabas y así deben cortarse, entre dos de ellas, cuando se llega al final de un renglón[/pullquote]

Regla principal: las palabras en español están formadas por sílabas y así deben cortarse, entre dos de ellas, cuando se llega al final de un renglón.

Las vocales son letras sociales que no gustan de quedarse solas. Por eso, cuando la primera sílaba de una palabra esté formada por una vocal, haz el favor y no la divorcies del resto plantándole en medio el guion divisorio (abo-lengo y no *a-bolengo). Exceptoooooooo… si va precedida de una h, que, aunque es muda, hace compañía: hi-dratante.

Tampoco puedes separar secuencias de dos o más vocales al final de línea, aunque las pronuncies en sílabas distintas (suer-te y no *su-erte o paí-ses y no *pa-íses). Por eso no puedes dividir de ningún modo oíais y leíais, por mucho que tengan tres sílabas.

Si son palabras prefijadas o compuestas, puedes cortarlas separando sus elementos formativos, aunque te pases por el arco la separación silábica. Reiniciar, por ejemplo, podrá dividirse re-iniciar o rei-niciar. Pero, como toda norma que se precie, tiene restricciones:

  •       Debe reconocerse la palabra a la que se añade el prefijo: in-estable sí pero *in-erme no (sería iner-me).
  •       En las compuestas, deben ser reconocibles los elementos del compuesto. O sea, podrás dividir nos-otros o no-sotros, pero no *boqui-abierto porque boqui no existe en español.

Tampoco puedes separar dígrafos (ll, ch, rr) porque representan un único fonema (ga-llina y no *gal-lina; pe-rro y no *per-ro o cacha-lote y no *cac-halote). Pero en el caso de rr, si se produce por unir un prefijo que acaba en r con una palabra que empieza por r (hiperrealista), sí puedes cortarlo en dos: hiper-realista.

La letra x es comienzo de sílaba ante vocal y final de sílaba ante consonante. Así pues, según la posición que ocupe, podremos cortar la palabra así: fle-xionar y cone-xion, pero ex-tensión y ex-torsión.

Y la última: la h muda intercalada no puede quedar a comienzo de sílaba, salvo cuando se trata de palabras prefijadas o compuestas. Si escribes *pro-hibición, la RAE te dará una colleja. Pero sí te dará sus bendisiones si escribes des-humanizado.

Los divorcios, ya veis, son complicados. Mejor no os caséis.

Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista. Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu. A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá. Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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