Durante toda mi carrera probablemente sea el «quiero un amo a Laura» el briefing que más veces he recibido y es que desde que aquella campaña de MTV surgió una demanda de “virales” absolutamente desatada. Todos querían hacer una campaña dos duros que copara todos los medios y de la que hablara todo el mundo. Claro que, por otro lado, si yo pudiera hacer eso con total certeza estaría viviendo en Hawaii con una hamaca, un exótico cóctel y una cámara de vídeo porque, no nos engañemos, se acerca demasiado a la magia.
Aun así no quiero decir que los virales no existan. Recordemos a las hijas de Zapatero o a la muchacha de la he liao parda (la cual me han comentado está con una depresión de caballo pero bueno, esto no tiene nada que ver con lo que estamos hablando). Aunque pocas son las marcas que lo consiguen, al menos a estos niveles, ya que hablamos de algo imprevisible, difícil de controlar y de prever.
Sin embargo, la semana pasada Pantene tuvo en sus manos lo que podría haber sido el viral del año. Resumamos para los que no se han enterado:
Raúl Cirujano, persona simpática donde las haya, creativo de La Despensa y dueño de un pelazo que ya quisiera yo en mis sueños más profundos, tuvo la divertida ocurrencia de grabarse un vídeo recreando un “movimiento Pantene” por el mero hecho de reírse y es que, por si alguien todavía no lo sabe, reírse es divertidísimo, mucho más que el Pictionary.
Una vez subido a la web del concurso, sus compañeros comenzaron a recabar votos vía Facebook y la gente se fue sumando. Yo, uno de los primeros porque insisto, reírse da mucha risa. Puesto 15, puesto 13, 8, 6… y Raúl llegó al primer puesto.
La gente comenzó a pedir votos para Raúl también en Twitter, gente sin una conexión directa (y yo ríe que te ríe), y aquí quedó la cosa… por lo menos ese día ya que al día siguiente, un post que hablaba del fenómeno se coló en menéame y llegó lo inesperado: 10.000, 15.000… hasta 34.096 votos que tiene en este momento, respecto a los 3570 de la segunda clasificada. Y aquí comenzó la locura: Telecinco, El País, La Razón, ABC… grupos en Facebook, demandas en Twitter de “Raúl a Buenafuente” y otra tandas de expertos que hablaban del “Caso Raúl Cirujano y las RR.SS.” en sus blogs. Todo en dos días.
Pantene tenía a su propio «Chiquilicuatre» sin haberlo pedido, su «Amo a Laura». Tenía ese viral que tanto demandan las marcas y lo ha dejado escapar. Al parecer lo ha descalificado públicamente y ha creado un concurso paralelo para hombres que en principio no sabemos si llegará a ningún lado, le regala productos Pantene…
En fin, intenta controlar lo incontrolable, intenta controlar los resultados de una acción on-line, tan cegados por lo correcto que no ven lo evidente: su concurso ha adquirido una notoriedad que nunca hubiera soñado y ha sido la gente la que lo ha viralizado (no se trata de ninguna malvada conspiración, como he llegado a leer por ahí). Tienes tu Chiquilicuatre y lo ha matado. Quiero pensar y pienso que, finalmente, una decisión desde los más alto ha acabado con todo. Finalmente, la perspicacia que hace saltarse las normas y consigue crear las mejores piezas de comunicación no ha hecho su aparición.
Porque si Pantene se hubiera apropiado de este improvisado movimiento (junto a la chica Pantene si así lo prefieren, es totalmente compatible) es probable que esta sencilla y modesta acción se hubiera convertido en un auténtico pelotazo y, sobre todo, habría capitalizado todos los comentarios, grupos, posts… que no van a desaparecer por el hecho de estar descalificado. Sí, es un chico pero ¿no decían los de amo a Laura “no veas la MTV”? ¿No se trataba de una de esas acciones que tanto se nos llena la boca al decir 2.0?
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Ricardo Llavador es Director Interactivo de Remo
UPDATE:
Una chica se excluye del concurso. Aquí sus razones (¿Es un homenaje a Timotei?)