Gonzalo Rodríguez de Marichalar y Javier García Tena forman parte del nutrido grupo de trabajadores que a mediados de marzo pulsaron el pause. Las agencias de publicidad en las que trabajan (la del primero en Madrid y la de García Tena en Valencia) tuvieron que acogerse a sendos ERTE. Tocaba pensar qué hacer durante las largas horas de confinamiento.
Pronto encontraron quehaceres. Al igual que ellos, muchos de sus familiares y amigos perdían sus trabajos, los más afortunados solo de forma temporal. Y se ofrecieron para echarles una mano a los que tenían que volver a actualizar el currículum.
No estaban solos: contaban con un grupo de diseñadores y directores de arte voluntarios para rediseñar los CV de quien lo necesitase.
«La idea de CV Solidario (nombre que pusieron a la iniciativa) era ayudar a nuestros más allegados. Nos ayuda un grupo de diseñadores. Ante esta triste situación echan un cable en lo que mejor saben hacer: que las cosas queden bonitas», explica Rodríguez de Marichalar.
En poco tiempo consiguieron que 130 diseñadores y directores de arte se sumaran a la iniciativa y que otras muchas personas les enviaran sus CV para actualizar.
La situación de muchos de estos diseñadores voluntarios, asegura Gonzalo, no es muy distinta a la de la gente a la que ayudan. «Los hay que están en un ERTE y algunos desempleados. Otros son autónomos o freelance que han visto muy afectado su trabajo. Pero también está quien sigue trabajando y, aun así, nos echa un cable. De hecho, ahora que las cosas van volviendo poco a poco a la normalidad, algunos nos van avisando sobre cambios en su disponibilidad, pero siguen ayudándonos a tope».
El proceso para quienes necesitan renovar su CV es muy sencillo. Solo tienen que escribir un correo a curriculumsolidario@gmail.com para recibir toda la información y el link donde subir su currículum en formato Word. Una vez hecho esto, pasan a la lista de espera. «Después un diseñador voluntario se pone en contacto con la persona solicitante y gestiona con total libertad su trabajo».
Los fundadores de CV Solidario aseguran dar prioridad a la gente que realmente lo necesita: «Eso hace que en ocasiones, aunque muy pocas veces, nos veamos obligados a rechazar currículos por distintas razones: porque el diseño ya está bien, porque vemos que la persona solicitante tiene conocimientos de diseño…».
También tienen tope a la hora de aceptar nuevos colaboradores: «Queremos ser cautos y poder cumplir tanto con los diseñadores como con todas las personas que solicitan nuestra ayuda. Hemos tenido que ir aprendiendo día a día y sobre la marcha a gestionar todo. Es mucho trabajo, pero estamos muy contentos».
La repercusión del proyecto es tal que ya ha traspasado fronteras: «Un colectivo peruano ha replicado la iniciativa en su país. También estamos colaborando con importantes asociaciones benéficas de España y Sudamérica».
Lo que les depare el futuro, no lo saben. «Esto nació solo como una bombona de oxígeno en el estado de alarma, pero estamos barajando posibilidades para ver si lo alargamos, lo reenfocamos para colaborar con diferentes asociaciones benéficas que nos han escrito, o si, por el contrario, se mantiene como una acción puntual».
Así que, de momento, siguen recibiendo CV y dando las gracias a toda la gente que está haciendo posible que esta aventura siga en marcha: «Sobre todo a Laura Román, que es quien lleva las redes sociales; a Pablo de Felipe por filtrar los currículos y a Silvia Rodríguez, la madre de Gonzalo, por su increíble apoyo moral».