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Sigre+Yorokobu: ¿Quieres ser un deportista social?

Una carrera, un paseo en bici y una sesión de yoga suman el mismo gasto energético que llevar unas bolsas de comida, corriendo, a una persona mayor que vive en un 5º, arreglar un huerto y jugar con unos niños, una tarde, en los columpios. La diferencia es que en la primera opción toda la energía generada en hacer deporte no tiene más beneficiario que el que lo practica. La segunda llega más lejos. El esfuerzo del deportista no solo redunda en su salud. Repercute también en otras personas y se convierte en una acción social.

El deporte puede tener efectos secundarios positivos. Es la propuesta de la iniciativa El deportista social y consiste en aprovechar el tiempo dedicado a hacer ejercicio para ayudar a otras personas o realizar una labor positiva para la comunidad, los animales o la naturaleza.

El deportista social es una invitación de Yorokobu a todas las personas que les guste hacer ejercicio físico. La idea surgió en casa pero la llamada vino de Sigre. Esta entidad sin ánimo de lucro dedicada a reciclar restos de medicamentos de los hogares para cuidar el medio ambiente nos invitó a participar en su campaña Cambia con Sigre y esta fue nuestra propuesta.

Hace años descubrimos en una conferencia del fundador de Ideas for Change, Javi Creus, que en Londres una persona había creado un proyecto llamado The Good Gym. Lo entrevistamos y nos dijo que quería aprovechar el potencial humano que se deja todos los días en las cintas de correr y los bancos de abdominales de los gimnasios. Una idea insuperable y (…esperamos) contagiosa.

En las próximas semanas iremos contando qué hacemos en lugar de desaparecer con la bici por la Casa de Campo de Madrid y nos encantaría que nos contaras qué has hecho tú en vez de ir al gimnasio. No buscamos superhéroes. Ir a visitar a tu abuela, en bici, en vez de darle a las mancuernas ya es una hazaña.

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