Día C | Coaching para creativos

Gran parte de nuestras limitaciones están en nosotros mismos, en las conversaciones o pensamientos que tenemos acerca de la realidad. Si somos capaces de cambiar esas interpretaciones por otras encontraremos acciones diferentes que nos permitan modificar lo que antes nos parecía complicado o, incluso, insalvable. Es la base del coaching, según Angels Pons, directora de la Escuela Europea de Coaching en Barcelona.

Un simple juego abrió los ojos a los asistentes al Día C. ¿Cómo dar en el centro de una diana con los ojos tapados? Hubo silencio y muchas dudas sobre cómo ayudar a la voluntaria que debía conseguir el objetivo marcado. “El coach no ofrece soluciones, sino que  formula preguntas para que las personas encuentren sus propias respuestas y de esa forma se cuestione lo que hasta ese momento daba por sentado como única posibilidad”, señala Pons.

Bastaba con formularnos las preguntas más obvias, las primeras que se haría un niño y que tanto cuesta sacar a los mayores, para llegar a conclusiones que nos iban a ayudar a dar en la diana, como la posibilidad de quitarnos la venda de los ojos o la de acercarnos hasta pocos centímetros de la diana. “Las instrucciones se sustituyen por preguntas que dirigen la atención a los puntos de ceguera de la persona”, explica Angels Pons, “esto produce una variación de la percepción de la realidad y de sus propias posibilidades”.

En un foro de creatividad como el Día C, también es válido esta herramienta de management para ayudar a tomar decisiones. “La función primordial del coach es ayudar a su cliente a que amplíe la visión y a que sea capaz de observar la realidad de diferentes formas, es decir, desarrollar su creatividad”.