«Siempre he tenido tendencia al minimalismo. De hecho, cuando me salgo de esa línea de trabajo, me pierdo y dejo de verme reflejada en mi obra». Las láminas, cuadros, grabados de Aina Melis son geometría sosegada depositada sobre el blanco; son composiciones sencillas que exigen poco al que mira, y por eso tranquilizan.
Melis, mallorquina de 38 años, se mudó a Finlandia y entonces empezó a destilar con empeño unos dibujos geométricos que a veces parecen asumir la frialdad del norte de Europa y otras, rebuscar en recuerdos de solsticios mediterráneos.
La autora cultiva la geometría y los colores conectándolos con los estados de ánimo. «Recuerdo empezar a entender muchas cosas sobre mi propio proceso al leer a Kandinski en De lo espiritual en el arte y Punto y línea sobre el plano», explica Melis.
«El cuadrado, al ser una forma compacta, me habla del estancamiento; el triángulo, de elevación y evolución; y el círculo, como tiende visualmente a expandirse, me transmite crecimiento y cambios», reflexiona.
Ahora vive una época más circular, pero las ha atravesado triangulares o con profusión mayor de cuadrados. Sin embargo, siempre, se curvaran las líneas o se fracturaran o retorcieran, la visión global abundaba en la sencillez y la paz.
«No pienso que menos sea más per se, como verdad absoluta. Creo que, como artista, una debe saber cuándo se suficiente. En mi caso, si puedo expresar una idea con un cuadrado y un círculo de forma coherente, todo lo demás sería puro añadido».
Las composiciones de Melis poseen pocas notas y mucho silencio y tempo lento. Emplea la simetría para romperla sutilmente: «Creo que detrás de la simetría está siempre la necesidad de encontrar el reflejo de uno mismo», opina, «en mi caso, siempre hay un contraste formal entre lo positivo y lo negativo, vacío y lleno, o pequeños cambios que rompen la idea estricta de simetría». Ella busca, más bien, «un concepto de dualidad equilibrada».
Ha tardado años en desarrollar el estilo de los trabajos que hoy muestra y vende a través del proyecto BcnTku. Pero la limpieza y el orden primaron siempre en sus creaciones desde que estudiaba Bellas Artes. Más que una elección formal, era una inclinación.
Su intención actual, con estos dibujos geométricos, es fusionar oficios. «Me gusta pensar que he encontrado un equilibrio entre lo que llamamos puramente arte (ya que hay un concepto que envuelve la obra y un proceso de creación muy personal), diseño (son composiciones que funcionan desde el punto de vista decorativo) y artesanía (sobre todo, con la práctica del grabado)», explica.
Su inspiración bebe de «procesos personales» y de la distancia física y temporal con respecto a su tierra: las alusiones a paisajes de su infancia, cuenta, se manifiestan cada vez más.
No hay más pretensión. Es la búsqueda del equilibrio, el uso de las formas, el color y el vacío para recordar (o tal vez para desear) que la vida puede ser más fácil si uno no le busca los cuatro pies a la gramática de los paisajes y los sentidos.
Una respuesta a «BcnTku: dibujos geométricos para buscar el equilibrio»
La verdad es que las ilustraciones tienen un punto inquietante. https://insodia.com/