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El dinero nazi que impulsó a los grandes estudios de Hollywood

Al poco de comenzar el primer capítulo de The Man in the High Castle (Amazon Prime), uno de los protagonistas sale de un cine de Nueva York. Un rótulo sobre la entrada anuncia el título del día:

Hudson y Allyson no trabajaron juntos. La película no existe. La acción de la ficción transcurre en 1962. En la historia, el año del rodaje de Nido de águilas con un Rock Hudson como coronel de las Fuerzas Aéreas en la guerra de Corea. Película improbable en la ucronía (realidad alternativa) que plantea la serie siguiendo la novela de Philip K. Dick.

Rock Hudson no hubiera prosperado en los Estados Unidos controlado por los nazis. No porque era homosexual, sino porque Douglas Sirk —alemán que huyó de los nazis— probablemente estaría encarcelado o muerto. El director de cine no habría convertido al actor en galán romántico de los años 50 con títulos como Obsesión, Solo el cielo lo sabe y Escrito sobre el viento.

El rótulo de Hudson y June sitúa al público en el tiempo y sugiere una realidad pervertida: los nazis se han apropiado de los símbolos americanos. En este caso, de Hollywood. Algo que realmente podría haber ocurrido si el proyecto Amerika Bomber auspiciado por Hitler hubiera prosperado. La Luftwaffe (la aviación alemana) trabajó en el diseño de aviones cohetes para atacar Estados Unidos. La psicosis de la invasión existía en el pueblo norteamericano. Una prueba es la publicación en la revista Life (1942) de ficticios mapas de ataques nazis a Estados Unidos.

Plan nazi para invadir Estados Unidos en la revista Life.

Dinero nazi en Hollywood

En el mundo real, en los preámbulos de la Segunda Guerra Mundial —e incluso, ya iniciada la contienda— Hollywood aceptó dinero nazi para financiar películas. Hitler no era visto como una amenaza por Estados Unidos y Alemania era el principal mercado extranjero. Las condiciones de los nazis eran simples: la censura de guiones. Los alemanes no debían aparecer como villanos. Los actores con ascendencia judía fueron apartados de rodajes. La palabra judío fue eliminada de los guiones.

El contradictorio Jack Warner, con ascendientes polacojudíos, fue uno de los magnates que aceptó dinero. Tarantino, admirador del magnate, lo ha defendido:

Warner cogió el dinero porque todo el mundo cogía el dinero. Así funcionaban las cosas. Igual que ahora todo el mundo hace negocios con China.

Esta turbia época de Hollywood está retratada en la serie The last tycoon (Amazon Prime).

La mansión de Hitler cerca de Gary Cooper

Hubo ricos californianos que no recibieron dinero nazi: emplearon parte de su fortuna en la causa alemana. En 1933, el espía alemán Herr Schmidt pidió a la millonaria Jessie Murphy que comprara una mansión en Hollywood como futura residencia de Hitler. El precio fue de 4 millones de dólares (66 millones de hoy) que se acrecentó con las reformas para complacer al dictador. Hoy todo aquello está en ruinas llenas de pintadas. ¿Por qué Hitler quería instalarse en Hollywood? Aunque había fracasado como artista, amaba el cine. Quería estar cerca de estrellas como Gary Cooper y Clark Gable, a quienes admiraba.

Las películas que financiaron los nazis

Hitler financió películas con hombres con capacidad de liderazgo como Tres lanceros bengalíes (con Cooper) o Rebelión a bordo y películas donde la democracia fracasaba. Georg Gysling, representante de Hitler en Hollywood, visitaba los estudios sugiriendo cortes en los guiones y cambios en la edición de las películas.

¿Significa que Hollywood al completo rendía pleitesía a los nazis y aceptaba su dinero? No. Paralelamente surgió la Liga Antinazi de Hollywood, de izquierdas. Entre los opositores al nazismo estaba el guionista Herman Mankiewicz (Ciudadano Kane), quien denunció la situación en el guion El perro loco de Europa, proyecto que Metro Goldwyn Mayer compró y abortó con apoyo de la Oficina Hays (la creadora del código represor del cine de Hollywood).

El idilio o respeto mutuo, o dependencia mutua, entre Hollywood y la Alemania nazi tardó en romperse. El mismo Jack Warner fue el primero de los magnates en crear cine antinazi: Confesiones de un espía nazi, con el impulso de J. Edgar Hoover, director del FBI. La película se estrenó en 1939, mientras que importantes estudios de Hollywood permanecían en Berlín.

Al poco, Warner Bros se convirtió en una máquina de crear cine contra el nazimo con Casablanca a la cabeza (la imagen que encabeza el artículo muestra a Hitler en un pase privado de Casablanca). Detrás llegaron los demás estudios.

Han cambiado las tornas. El pasado vergonzoso que Hollywood ha tratado de ocultar ahora es comentado y expuesto en libros y la televisión. Por suerte THE PUNCH PARTY solo forma parte de The Man in the High Castle.

Imagen principal: Hitler viendo Casablanca. Openhistorysociety.org.

Por Javier Meléndez Martín

Soy guionista desde 1998. He trabajado en producciones de ficción y programas para Canal Sur, ETB y TV3.

Co-escribí el largometraje para televisión Violetas (Violetes), una película para Televisió de Catalunya, Canal Sur Televisión y Canal 9. (2009).Violetas consiguió dos premios y dos menciones.

Imparto talleres de guion desde 2010.  Ahora, en Portal del escritor.

Puedes leer mi blog La solución elegante (recomendado por la Universidad Carlos III de Madrid para estudiantes de guion).

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