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Don Fisher: cuando bonito es más que un pez

Los sueños, a veces, son caprichosos e imprevisibles y nos asaltan descarados cuando menos lo pensamos. Se nos cuelan entre la piel y el cerebro y se quedan a vivir allí hasta que los hacemos realidad.
El sueño de Julia Castaño, diseñadora gráfica, era tener una tienda de cosas bonitas, especial, diferente. Como muchos, pensaréis. Pero en su caso, un concepto quedó fijado en su cabeza y allí estuvo dando vueltas y vueltas durante un año. Bonito. «En ese tiempo caí en cuenta de que “bonito”, además de significar bello, es un tipo de pez, y que seleccionar los objetos se asemejaba a la idea de pescar. Fue así como nació Don Fisher, un pescador que navega por el mundo pescando Bonitos».
La primera idea de Julia fue crear una pescadería que en lugar de pescado vendiera eso, bonitos, objetos traídos de diferentes partes del mundo y que respondieran a ese calificativo. «Pero como estaba en paro y sin dinero decidí crear yo misma los Bonitos, accesorios hechos a mano en forma de pez».
Durante todo el proceso de creación contó con el apoyo de Néstor, su pareja, también diseñador , que le ayudó en la creación de marca. Pero el diseño y la gestión de la empresa es de ella, confiesa orgullosa. Era el momento de poner en práctica lo aprendido en el máster en Branding que realizó al acabar la carrera. «Fue allí donde aprendí la importancia de crear una marca con esencia».
Don Fisher no tiene tienda física propia. «En un futuro me encantaría que tuviera una tienda en cada puerto, pero ahora mismo vendemos online y a través de tiendas que quieren incorporar los Bonitos a su oferta», explica la diseñadora. Por el momento, ya está presente en países como Francia, Reino Unido, Italia y Estados Unidos, y sus bonitos «han nadado a países lejanos como Australia, Singapur, China y Finlandia», nos aclara orgullosa.
Cuando le preguntamos si ampliará la fauna marina de su producción, Julia Castaño responde misteriosa:  «La primera pesca de Don Fisher fue en el Mediterráneo. Ahora acaba de volver de una larga travesía por el mar de Alaska con un gran cargamento de Bonitos y pronto zarpará hacia un nuevo destino». Sean peces o no, seguro que siempre serán Bonitos.





















Por Mariángeles García

Mariángeles García se licenció en Filología Hispánica hace una pila de años, pero jamás osaría llamarse filóloga. Ahora se dedica a escribir cosillas en Yorokobu, Ling y otros proyectos de Yorokobu Plus porque, como el sueldo no le da para un lifting, la única manera de rejuvenecer es sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Por supuesto, tampoco se atreve a llamarse periodista.

Y no se le está dando muy mal porque en 2018 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes, otorgado por la Asociación de Prensa de Valladolid, por su serie Relatos ortográficos, que se publica mensualmente en la edición impresa y online de Yorokobu.

A sus dos criaturas con piernas, se ha unido otra con forma de libro: Relatos ortográficos. Cómo echarle cuento a la norma lingüística, publicada por Pie de Página y que ha presentado en Los muchos libros (Cadena Ser) y Un idioma sin fronteras (RNE), entre otras muchas emisoras locales y diarios, para orgullo de su mamá.

Además de los Relatos, es autora de Conversaciones ortográficas, Y tú más, El origen de los dichos y Palabras con mucho cuento, todas ellas series publicadas en la edición online de Yorokobu. Su última turra en esta santa casa es Traductor simultáneo, un diccionario de palabros y expresiones de la generación Z para boomers como ella.

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