¿Qué tiene la decadencia arquitectónica que resulta tan atractiva? Miramos un desconchón en un muro como una obra de arte en el museo, rebuscamos entre escombros tratando de encontrar tesoros sin más valor que el de ser de otra década, y disfrutamos de las ruinas sin que estas sean romanas. El ruin-porn se ha convertido en pasatiempo, arqueología moderna de años no tan dorados pero sí llenos de polvo y ya oxidados.
Drew Leshko documenta con su cámara lugares que pronto desaparecerán. Retrata rincones, muchos ellos de su barrio, para luego recrearlos a escala 1:12. Leshko es escultor y, aunque trabaja con diferentes materiales, lo que hace tiene mucho que ver con la papiroflexia.
En su estudio de Filadelfia acumula papeles de diferentes tipos para crear esculturas de técnica mixta. Allí se encierra todos los días para concentrarse. «Comienzo sacando fotografías de los lugares que quiero recrear. Luego, una vez me pongo manos a la obra, dejo de mirar la foto y solo recreo aquellos detalles que sobreviven en mi cabeza. Nunca soy capaz de recordar cada detalle, así que creo una realidad basada en los recuerdos de esa imagen», explica el creador.
Este particular escultor comenzó con la fotografía hasta que se dio cuenta de que la fuerza de su obra no estaba en la foto sino en la pieza en sí. Dejó la cámara de lado y se enfocó en las tres dimensiones. Comenzó trabajando en madera, pero aquellas primeras piezas le consumían mucho tiempo y demasiada atención, así que buscó otras opciones y encontró la solución en los diversos grosores y texturas del papel.
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Leshko estudió comunicación centrándose en la parte no verbal. Además, cuenta con una especialización en Bellas Artes. Tras estudiar empezó a trabajar en un estudio haciendo escultura y esto le abrió los ojos para perseguir el sueño de vivir del arte y hacerlo su carrera. Ya han pasado once años desde aquella decisión.
Acaba de exponer algunas de sus piezas en Jonathan LeVine Gallery, y tras su aventura en la gran manzana, Leshko se marchará a Ámsterdam a una exposición en solitario en la galería Andeken del también artista Hyland Mather. Luego a Portland y de ahí al Art Basel en Miami.
A comienzos de 2017 tendrá otro show en solitario en otra de las grandes, la Thinkspace Gallery de los Ángeles. En ésta última acaba de exponer la catalana Cinta Vidal. Parece que todo va de arquitectura.