Icono del sitio Yorokobu

GOe: el MIT gastronómico del Basque Culinary Center necesita su propio espacio y edificio singular

GOe-Gastronomy Open Ecosistem

Aún no existe, pero su silueta ya dibuja olas verdes, tranquilas, sosegadas, en la maqueta que lo imagina. Aún no existe, pero el edificio que se ya tiene nombre, Olatuen Bidea – Camino de las Olas, será realidad en apenas un par de años, en la primavera de 2025. En él se ubicará el GOe-Gastronomy Open Ecosistem, un proyecto auspiciado por el Basque Culinary Center que aspira a convertirse en el epicentro internacional para la ciencia y la innovación en el ámbito gastronómico. Y ha sido diseñado por el estudio de arquitectura danés BIG (Bjarke Ingels Group).

La suya fue la propuesta ganadora del concurso internacional de arquitectura que convocó el año pasado el propio Basque Culinary Center. Estará ubicado en el céntrico barrio de Gros, en Donosti, y en él se desarrollarán actividades de investigación, emprendimiento y formación en torno al sector gastronómico.

El objetivo del edificio, ideado desde una visión sostenible, tal y como explica Asier Alea, director de desarrollo global del BCC, aspira a ser un punto de encuentro y diálogo entre la ciudad y la gastronomía, al tiempo que busca convertirse en un nuevo icono para la ciudad. En su opinión, el GOe se convertirá en un «motor para el enriquecimiento cultural y social de la ciudad de Donostia-San Sebastián».

«Concebida como una extensión arquitectónica del paisaje urbano de la ciudad, nuestra propuesta libera el espacio y proporciona parques en el techo para invitar a la ciudadanía a participar con el arte y la ciencia de la gastronomía», explicaba su proyecto arquitectónico Bjarke Ingels, fundador y director creativo del estudio Bjarke Ingels Group. «Ubicado en la ruta por la que transcurre el Camino de Santiago, creemos que esta fusión arquitectónica de gastronomía y tecnología, ciudad y naturaleza, edificio y parque, tiene el potencial de convertirse en destino para los peregrinos culinarios de todo el mundo».

El nombre juega con lo que será la silueta del edificio y su cubierta, unas olas que serán transitables y que juegan con el concepto del mar que baña a esta ciudad vasca. Esa cubierta de 1.405 m2 estará ajardinada, y será una prolongación del monte que conectará directamente con la plaza en la que se situará para no perder el carácter de parque público. Las olas, explican sus creadores, se comportan como terrazas abiertas a la ciudadanía y unen, a su vez, lo que ocurre en el interior con lo que se vive en el exterior.

La configuración de los accesos, la distribución de las diferentes áreas por plantas, la propuesta de un auditorio-grada polivalente y un espacio expositivo como elemento vertebrador de la actividad de GOe, responden a la necesidad de unir y organizar los diferentes ámbitos, permitiendo a su vez la interacción entre las piezas que conforman Olatuen bidea – Camino de las Olas. «Los ejes principales sobre los que se sustenta el proyecto son, además de su singularidad arquitectónica, la apertura y diálogo del edificio con la ciudad, su integración en la ciudad desde la perspectiva de la sostenibilidad y adaptación al entorno; y la versatilidad y funcionalidad del edificio para acoger diferentes actividades», expone Alea.

GOe, un espacio para crear la gastronomía del futuro

¿Pero qué es GOe? ¿Cómo definir este proyecto? Para Asier Alea es un paso evolutivo de Basque Culinary Center. «De la misma forma que BCC nació de una intuición, de la necesidad de un espacio formativo avanzado que hace 12 años requería la gastronomía, GOe ofrece una propuesta de valor singular». En su origen, detalla, se encuentra la necesidad de crear nuevos espacios especializados donde se impulse y fomente la innovación, que potencien la confluencia de diferentes actores para desarrollar investigación e innovación avanzada de un modo colaborativo.

«GOe dará respuesta a la necesidad de innovación que hoy se presenta como la revolución que se produce en el mundo de la alimentación y la gastronomía», explica el director de desarrollo global del BCC. «Actualmente, la alimentación supone el 20% de nuestra huella de carbono y conforma uno de los grandes retos relacionados con el cambio climático. Vemos necesario crear productos más sostenibles, o generar respuestas personalizadas. Nos dirigimos hacia un mundo más poblado que requerirá de nuevas propuestas y formas de alimentación saludables y sostenibles, pero a la vez sabrosas».

«Ese espacio todavía no existe, no con las pautas que conjugue esa visión 360º de la gastronomía; que sea sano, sostenible y sabroso. La creación y desarrollo de GOe hace evolucionar a Basque Culinary Center en el área formativa, en el centro tecnológico y en la promoción de la gastronomía», concluye. Para que esa innovación disruptiva se produzca, es necesario que sus actores colaboren en un mismo lugar físico, de ahí la necesidad de crear un edificio propio para el proyecto.

«Todos esos agentes pueden trabajar por separado, pero está claro que no llegarían a crear las mismas soluciones que pueden crear en un mismo espacio aunando el talento educativo, el talento investigador, el estudiantil o el emprendedor», justifica Alea. Además, la propia idiosincrasia del mundo de la gastronomía y la alimentación requiere por sí misma un ámbito físico donde se desarrolle y en el que puedan llegar a generarse esas sinergias de las que habla Alea.

«El relato de un científico trabajando en su garaje aislado del resto del mundo puede que se dé ocasionalmente en el ámbito digital, pero en un sector como el de la gastronomía y la alimentación, donde se aúnan otros ámbitos como el arte, la ciencia, la química, la digitalización, etc., es muy difícil. Requieren de un lugar físico con una fórmula abierta y con un network global. Se necesita de un espacio que potencie la confluencia de diferentes actores para desarrollar investigación e innovación avanzada de un modo colaborativo. Emprendedores, investigadores, empresas, estudiantes, ciudadanía serán los habitantes de GOe, y de esa convivencia resultarán las tecnologías que den respuesta a la gastronomía del futuro».

Un MIT versión española y gastronómica

Pero el espíritu que anima a este proyecto del Basque Culinary Center no tiene sentido si solo se constriñe al sector profesional gastronómico. Para que este proyecto tenga éxito debe abrirse a quienes van a disfrutar de lo allí creado y de su mismo espacio físico. De ahí su voluntad de abrirse a la ciudadanía.

«GOe va a ser el primer distrito de innovación gastronómica alimentaria del mundo, un centro de innovación con una personalidad de living lab», comenta Asier Alea. «Se creará en un entorno urbano donde la proximidad y cercanía de GOe a las personas facilitará una participación más activa y natural en los proyectos.

En realidad, no es algo nuevo. Esa misma aspiración la tienen otros importantes centros de investigación en otros ámbitos, donde el intercambio de ideas y la generación inicial de conceptos y de investigación se produce cada vez más en las ciudades y, sobre todo, en distritos y urbes que cuentan con una especialización. En todos ellos, la colaboración con la ciudadanía es una característica más. Alea pone el ejemplo del MIT de Cambridge en Boston (EEUU), vinculado con la biotecnología, y en el que se concentran estudiantes, empresas y emprendedores. Lo mismo que ocurre en el sector de las energías renovables en Berlín, ubicado en un distrito urbano en el que se ubican centros de conocimiento, star-ups y empresas.

Para Asier Alea, el GOe será una versión española de estos centros y convertirá a ese barrio donostiarra en el distrito de la innovación alimentaria. Allí se desplegarán nuevos espacios para esa ciudadanía, y estará abierto al público de tres maneras. «Por un lado, muchos de los proyectos en los que se trabajará en Goe —como lo son la creación de nuevos productos, en el origen del producto o en los productos generados en otros lugares pero que aterrizan en GOe antes del salir al mercado y están abiertos a pequeñas variaciones— serán presentados a la ciudadanía y podrán interactuar con ellos».

«Por otro lado, la ciudadanía podrá discutir o debatir desde una perspectiva 360º de la gastronomía en los eventos, congresos o formaciones que organicemos. Muchas de estas acciones estarán abiertas al público, y es que consideramos que el debate es mucho más rico cuando interactúan actores de otros sectores y se crean dinámicas y sinergias entre ellos».

«Por último, la propia formación. GOe, al ser un living lab que estará en constante contacto con las personas y la ciudadanía, servirá de escaparate y como generador de canteras. Un distrito de innovación tiene como objetivo no solo la atracción de talento de fuera, sino también el de formar al talento local. A través de esas interacciones que surjan entre escuelas, estudiantes y con todo aquel o aquella que quiera vislumbrar cuál es el futuro de la gastronomía y dónde ve su futuro en ella, GOe se convertirá en el KM0 del futuro talento de la gastronomía y la alimentación», concluye Alea.

El propio diseño del edificio invita a la participación de todos los que participen, de un modo u otro, en el proyecto. La configuración del espacio, añade el director de desarrollo global del Basque Culinary Center, busca maximizar la interacción entre los distintos habitantes del edificio (empresas, estudiantes, emprendedores…), concentrando la distribución de flujos en un espacio único.

Salir de la versión móvil