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Cine/TV Digital

¡Eh, mira, el colegio de Harry Potter!


El cine es una máquina de fabricar mitos. Cuando una historia es poderosa, sus protagonistas se convierten en referencias virtuosas, encarnaciones del mal o entrañables acompañantes para los momentos de intimidad ante la pantalla. Ocurre de igual manera con los lugares donde transcurren esas historias. ¿Cómo mezcla este concepto con una app de realidad aumentada?

Aparentemente, las posibilidades son asombrosas. Existen lugares que, por el hecho de haber sido el escenario de una secuencia grandiosa son lugar de peregrinaje para miles de aficionados al cine o la televisión. Así ocurre con, por ejemplo, el Cafe de Deux Molines, donde Ameliè Poulain jugaba a ser la chica más empalagosa del Montmartre parisino. Augmented Reality Cinema es una app que se encuentra aún en desarrollo pero que promete mostrar en la pantalla del iPhone la magia de determinadas escenas de películas en el momento en que el usuario se encuentra en la localización exacta.
La, sin duda, brillante idea presenta una serie de incógnitas, algunas de ellas de una magnitud más que importante. Más allá de las limitaciones técnicas que impone el ancho de banda de las conexiones móviles actuales, se encuentra la eterna disyuntiva de los derechos de las películas que se incluyan. Parece complicado afrontar los gastos de inclusión que puedan pedir los estudios sin tener un modelo de negocio que no pase por el pago por descarga o visionado. Sin embargo, ¿es la aplicación lo suficientemente atractiva como para hacer pagar al número suficiente de usuarios?
A falta de más datos que confirmen la manera en que se pagará el contenido incluído en la app, ¿veis viable una app de este tipo?


Este post se publica simultáneamente en The App Date, el sitio web del evento mensual en torno al mundo de las apps del que Yorokobu es media partner.

Por David García

David García es periodista y dedica su tiempo a escribir cosas, contar cosas y pensar en cosas para todos los proyectos de Brands and Roses (empresa de contenidos que edita Yorokobu y mil proyectos más).

Es redactor jefe en la revista de interiorismo C-Top que Brands and Roses hace para Cosentino, escribe en Yorokobu, Ling, trabajó en un videoclub en los 90, que es una cosa que curte mucho, y suele echar de menos el mar en las tardes de invierno.

También contó cosas en Antes de que Sea Tarde (Cadena SER); enseñó a las familias la única fe verdadera que existe (la del rock) en su cosa llamada Top of the Class y otro tipo de cosas que, podríamos decir, le convierten en cosista.

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