Todo empezó con un anuncio de Greenpeace el pasado 17 de marzo. La ONG denunció la utilización de aceite de palma en los productos de Nestlé con un vídeo en el que un oficinista se toma un respiro en medio de su jornada laboral para tomarse un Kit Kat. Abre el packaging y muerde la barrita de chocolate, pero se encuentra con dedos de orangutanes ensangrentados, uno de los animales más perjudicados por la explotación que hace de estos cultivos la multinacional, según la ONG.
¿Reacción? El muro del grupo Nestlé en Facebook se ha convertido en un punto de reunión para los detractores de la marca.
Durante los últimos días una avalancha de internautas han convertido el grupo de Facebook de Nestlé en un punto de encuentro para airear su disconformidad ante las políticas de la multinacional. Dicen que la utilización de aceite de palma en sus productos contribuye a la destrucción de las selvas tropicales y está acabando con el hábitat natural del orangután.
El problema acabó multiplicándose por 10 debido a la reacción de los administradores de Nestlé como muestran estas imágenes. Una de las internautas pone en entredicho la financiación de colegios del WWF cuando están contribuyendo a la muerte de orangutanes. La respuesta del responsable de Nestlé es algo como: «Despáchate a gusto. Lo pasaremos a nuestro superiores».

En el mismo hilo de conversación los responsables de la página de Facebook dicen:
«Entonces vamos a ver. Nosotros tenemos que ser educados todo el tiempo, pero es totalmente aceptable que vosotros os refiráis a nosotros como idiotas y hasta hijos de Satán, con obscenidades y acusaciones de hacer prácticas sexuales raras».
Está claro que es una situación tensa y en una conversación de tú a tú sería de lo más normal. Pero en el caso de una empresa, entrar al trapo ha acabado creando el efecto contrario. Las entradas se han aumentado y la furia de los internautas se ha intensificado. Si escribes en Google, “Nestlé Social Media” aparecen páginas y páginas hablando sobre el percance y promete convertirse en un caso de estudio más de cómo no manejar una crisis de relaciones públicas en redes sociales.
La historia cuenta ya con su versión hitleriana:
Mientras tanto, es la 1 de la mañana, y cada vez que recargo la página de Facebook de Nestlé aparecen 10 nuevos comentarios en contra de la marca. La manifestación está en plena ebullición, pero la respuesta de la compañía ha pasado de la confrontación a un silencio total. Estamos ante la proliferación de un nuevo tipo de activismo a través de Facebook y una muestra que los internautas unidos pueden ser muy poderosos. La compañía no tiene dónde esconderse aunque sí ha reaccionado con un comunicado donde ha explicado su política sobre el aceite de palma.
Será interesante ver cómo evoluciona la situación durante los próximos días. Si fueras el administrador de Facebook de Nestlé, ¿cómo hubieras reaccionado?