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Creatividad

El facebook analógico

Las crisis agudizan el ingenio. Eso o te dejas arrastrar por la marea de depresión que trata de inundarlo todo. Esto mismo es lo que pensó Elisa Vea Keating cuando tras vivir una temporada en Madrid, vio que no le daba para gastar sus ahorros en material para pintar.
No quiso dejar de lado su práctica por no poder comprar un lienzo o un buen cuaderno y recurrió a lo que tenía más a mano. El listín de teléfonos de la capital resulta un tocho infumable y reemplazable en nuestra cultura digital, pero al mismo tiempo es un cuaderno casi interminable.
«La guía de teléfonos de Madrid es enorme, son más de mil páginas, por lo que durante un tiempo no iba a tener que preocuparme del soporte. Además estaba el reto no ya de enfrentarse al papel en blanco sino de que lo que hubiera escrito no condicionara lo que yo iba a dibujar encima. Es un cuaderno de práctica enorme. Creo en la teoría de las 10 mil horas, por eso sigo practicando cada día”, comenta.

Elisa pinta desde que era pequeña a pesar de no haber estudiado arte de manera reglada. “Siempre he estado rodeada de lienzos, tubos de pintura, aguarrás, viene de familia. Y eso se pega y uno quiere probar y seguir. Pero si quieres continuar, muchas veces pasa esto, necesitas superficies en las que pintar”, explica.
Esta Donostiarra estudió Derecho, pero tras ejercerlo durante un tiempo cambió las leyes por el arte y el despacho por un master de gestión cultural y un taller de litografía con Don Herbert y, así, llegó a manejar parte del marketing del tristemente desaparecido museo Chillida Leku.
Tras muchas direcciones pintadas, muchas caras inventadas y muchos teléfonos convertidos en las arrugas de sus ilustraciones, prepara un nuevo estudio en el que seguir con su facebook analógico y el resto de sus obras. “Me gusta probar diferentes materiales porque creo que la manera de actuar con cada uno de ellos es diferente”, menciona.
Actualmente trabaja en una segunda fase de piezas basados en texturas mezclando tierras, arenas y pintura. Cuenta que los retratos los utiliza para ejercitar la mano, el cálculo, las sombras y las medidas. “Es importante el tema de las perspectivas que en el abstracto se pierden”, añade.
Además, presentará una nueva exposición para finales de año y la escenografía de un proyecto teatral. Material para pintar no le va a faltar.








Por Ximena Arnau

Ximena es redactora de Yorokobu y Ling

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