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El maldito reto del lienzo en blanco

reto del lienzo en blanco

Un buen día abrí Photoshop. Creé un nuevo archivo de 210 x 297 milímetros y 3 de sangre… y un blanco infinito se apoderó del espacio de mi pantalla. Un color complicado, que sigue siéndolo por más que lo miras con la cabeza inclinada a uno u otro lado. Estuve en mi escritorio pasmado durante varias horas protagonizando un tête à tête imposible y finalmente la batalla la ganó el maldito lienzo en blanco. Desolado, me abandoné al descanso o a otros vicios propios de la edad.

Había perdido la batalla, pero no la guerra. Aún me quedaban muchos años de evolución por delante y creo que la experiencia ganada me habrá hecho superar a estas alturas el maldito reto del lienzo en blanco. Tanto es así que me animo a escribir estas líneas por si pueden ayudar a alguien.

Lo primero de todo, no te preocupes. Este tipo de bloqueo es muy frecuente en todas las disciplinas artísticas. Tu talento, aquel por el que alguna vez brillaste, sigue intacto en tu interior. Todo es cuestión de ejercitarlo lo suficiente como para hacerlo salir. Un sacacorchos gigante por la boca no es la solución.

Y ahora toca enumerar un listado de consejos manidos y separados entre sí con alegres bullets con forma de mano vintage apuntando a la derecha. Ese es el estilo que, al parecer, prefieren los robots tipo SEO de Google. Textos sin alma, perfectamente estructurados, a poder ser creados por otros robots tipo chatGPT. No sé qué demonios le pasa a la humanidad para premiar esto (y tampoco qué pasará cuando ya no quede nada nuevo en lo que las IA puedan basarse), pero allá va:

reto del lienzo en blanco

1.- Como primer paso, entiende bien el proyecto

Un buen colega me comentó una vez que cuando da a sus diseñadores libertad y absolutamente ninguna directriz es cuando mayor bloqueo experimentan. Se necesita una guía que algunos llaman briefing, anglicismo que ya dejó de destacar entre otros miles de palabros altisonantes del mundillo de la mercadotecnia.

Entiende lo que se pretende comunicar y el tono que ha de tener. Ten en cuenta que cualquier cosa que ves lleva diseño dentro. Incluso los fanzines antidiseño minimalistas. Incluso las cosas feas que se ven en redes sociales, cosas con colores que vibran, textos sobre pastillas que no resaltan, tipografías guarreras peores que la Comic Sans escritas de corrido sin ninguna gracia… Toda esa cultura del no esfuerzo que puebla millones de publicaciones — incluso esas mierdas de escaso gusto —son un tipo de diseño que a una marca le puede llegar a interesar. Solo ten en cuenta que cuanto más rápido sea lo que hagas, más tiempo tendrás que gastar en argumentarlo. Pero todo vale en la viña del Señor.

2.- Intenta visualizarlo

Para hacerlo es útil disponer de pericias naturales como la inteligencia espacial o el sentido estético. Intangibles con los que puede que se nazca. He trabajado con personas que en su hoja de personaje tenían un valor negativo para ese tipo de habilidades. Incapaces de imaginar nada, se les comenta que si se implementa ese cambio que piden, tal otra cosa dejará de ser legible… Y no les vale con que tú sí seas capaz de visualizarlo. Vas a tener que hacerlo igual para que lo vean con sus propios ojos, como el apóstol incrédulo que metió los dedos en las llagas de Jesus Christ para cerciorarse (admito que no recuerdo su nombre).

Pero nosotros no somos así. Tenemos muchas otras taras, tal vez la absoluta falta de habilidades sociales o quizás un conjunto repulsivo de granos purulentos en la barbilla… pero somos capaces de visualizar los diseños antes de estar hechos. Y eso nos diferencia del resto de la humanidad. Aprovecha tu superpoder, ya que de tener sexo no te vas a hinchar, precisamente.

3.- Lánzate con cualquier cosa

Se dice que puedes llenar ese lienzo en blanco de rayajos, rectángulos, textos en Myriad Pro… cualquier cosa que te haga romper el hielo con el programa. Con la imagen mental creada en el punto anterior, puedes recordar otros trabajos, incluso famosos y reconocibles, e intentar hacer algo parecido. Por ejemplo, la portada del White Album de los Beatles, que es considerada a partes iguales como falta de ganas de trabajar, por un lado, o absoluta genialidad por el otro.

El manejo de los espacios vacíos, el sutil trabajo tipográfico… todo eso te puede servir de inspiración, y que el primer elemento que coloques sea un texto negro sobre fondo blanco. Luego dale una vuelta y comienza a dejarte inspirar por otras cosas que has visto antes y has retenido en tu memoria (otra de nuestras habilidades innatas). Haz que esos elementos sin sentido comiencen a tenerlo, piensa en una gama de colores adecuada al tono que quieres transmitir y de repente… ¡CHÁS! Te darás cuenta de que ya has superado ese primer paso y estás en marcha con la nueva entrada de tu portfolio.

4.- Farmea experiencia

Con el tiempo, todo el proceso anterior se hace más fluido. Podemos seguir equivocándonos y tropezar, pero las cosas que . hacemos las hacemos por un motivo y cada vez más y más rápido. La palabra farmear viene del mundillo del videojuego. Consiste en que existan jefes o zonas para las que aún no tienes nivel suficiente y antes debes enfrentarte a otros retos para mejorar y ganar experiencia.

El mundo del diseño es igual. Nunca dejarás de equivocarte, pero cada vez menos. El reto del documento vacío con los años comienza a ser algo que apetece afrontar. Pero no creo que eso signifique que te has pasado el juego. Tan solo te lleva al siguiente paso, al siguiente aprendizaje para el siguiente DLC vital (expansión descargable también en los videojuegos) que te está esperando.

reto del lienzo en blanco

Por si no han sido suficientemente vomitivos todos estos consejos de gurú de autoayuda del diseño que me han salido, aún me queda una última recomendación que darte. Tal vez la más pragmática de todas: Pregúntale a chatGPT. Igual que él se ha inspirado con tu trabajo y el de miles de profesionales de la ilustración y el diseño para sus generaciones visuales, aprovéchate tú de los millones de personas que han sufrido un bloqueo similar en el pasado y lo han podido superar. Prueba un prompt tipo «dame una idea para un diseño que represente tal cosa». A ver qué te cuenta. Léelo en diagonal si es posible y, como mucho, pasadas unas horas, haz que te sirva de inspiración.

Yo mismo reconozco que para escribir este texto le he preguntado qué consejos podía dar, porque, aunque estén en mi cabeza, no es fácil recordarlos a la primera. Lo he leído someramente; el estilo me ha parecido robótico y manido, como siempre que le pregunto algo, pero al rato me ha servido para comenzar a teclear. Nunca copies y pegues, creo que convertirá tu trabajo en muy poco original, pero sí creo que puede servir para inspirarse (aunque sea para recordarte el estilo en el que NO quieres escribir).

Lo más curioso es que, considerando bastante útil este último consejo, la respuesta de la inteligencia artificial no lo ha incluido entre sus bullets orientadores. De hacerlo, no sé si habría incurrido en una especie de bucle fractal y hubiera explotado el universo. Pero no pierdas la esperanza de que acabe ocurriendo. Si este texto se sube a internet y es rastreado por las IA, podrá ser incluido en el próximo que consulte sobre el tema.

Si algo ocurre, no me responsabilizo.

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