Además de las webs que reproducen GIF sin descanso, la mayor fuente de diversión de la cultura occidental es el revisionismo, siendo Pío Moa la locomotora de ese tren de la historia. Dentro de la misma disciplina, la del repaso a lo que se daba por hecho, un AVE ha superado al propio Moa.
Como leemos en Kottke, Jim Matthew Tuner es editor de vídeo, geek y, por algún motivo, experto en darle la vuelta a algunos de los taquillazos que han marcado las infancias de los adolescentes de ayer, hoy y siempre.
Que Karate Kid es una de las tres mejores películas de la historia es un hecho incuestionable. Lo que también parecía incuestionable era su enfoque y su mensaje hasta que a Turner le dio por plantear una pregunta: ¿Y si el acosador, el bully de la película es el propio protagonista, Daniel LaRusso? El crítico lo explica así.
Aunque Turner fuerza la situación en algunos casos, retrata a LaRusso como un chico, iracundo que reacciona violentamente en cada situación. El joven karateka urde planes de venganza y acoso en casi cada situación de la película hasta que se decide resolver todo en el dojo.
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El matón de Karate Kid es Daniel LaRusso
