El cine adora la luz y el color; su romance con el Mediterráneo era inevitable. En las ciudades, playas, acantilados y desiertos mediterráneos se desarrollan historias de autor como L’avventura (1960), de Antonioni, y producciones de alto presupuesto de Hollywood. Aquí recordamos películas que recrean el Mediterráneo o toman sus paisajes y sus gentes como inspiración.
El Instituto de Cine Británico considera que Lucía y el sexo es una de las 10 películas más hermosas que tiene al Mediterráneo como marco. En esta lista están clásicos como Viaje a Italia (1954), Atrapa un ladrón (1955) o Bonjour tristesse (1958).
El título puede despistar; el sexo solo es un ingrediente, y no el más importante, en el poema con imágenes que compone el director Julio Medem.
Está filmada en Formentera, lugar perfecto para encontrar la paz, como desea Lucía (Paz Vega).
La Riviera Francesa: uno de los destinos favoritos de James Bond y el retiro perfecto para ricos ociosos. También, un campo de trabajo para granujas y timadores como David Niven y Marlon Brando en Dos seductores (1964). Ellos timan a mujeres ricas divorciadas o viudas.
Por lo general, una nueva versión de una película emplea distintos escenarios, pero la historia que propone Dos seductores solo podría ocurrir en la Costa Azul. Por esto repiten escenarios Un par de seductores (1988), con Michael Caine y Steve Martin (la versión más conocida), y Timadoras compulsivas (2019), con Anne Hathaway y Rebel Wilson.
Entre timo y timo, las distintas versiones muestran el lujo y la sofisticación de la Riviera Francesa.
Atrapa a un ladrón no tiene la intensidad de otras películas de Hitchock, pero seduce con sus vívidos colores, los paisajes naturales, las calles de Mónaco, los fastuosos interiores y el ángel de Grace Kelly.
Hitchcock concibió la película como un gozo para los ojos. Pocas veces, el Technicolor ha demostrado tanto su poder como en Atrapa a un ladrón.
Quien ve esta película por fuerza quiere escribir poesía con la inspiración del voluntarioso cartero (Massimo Troisi) y la clase magistral de Neruda (Philippe Noiret).
El cartero poeta es también un cicerone para el público: repartiendo cartas en bicicleta recorre los paisajes y las playas más bellas de Sicilia.
La Troya histórica estaba en Turquía, pero la Troya de Hollywood se filmó, en gran parte, en Malta.
Los escenarios naturales apenas fueron modificados, aunque sobre algunos se crearon construcciones conforme a la narración de Homero.
Brad Pitt, que interpretó a Aquiles, quedó prendado de Malta y, tras finalizar la película, se mudó a la isla por un tiempo.
El país de Melania Trump y Slavoj Zizek acoge producciones de Bollywood y Hollywood. Quizá por esto Eslovenia es conocida por el gran público por Las crónicas de Narnia: el príncipe Caspian.
Numerosos blogs de viajes relatan la experiencia de conocer de cerca la «Narnia real», filmada en el valle de Soca.
Juego de tronos, The Terror y Succession son algunas de las series internacionales rodadas en Croacia. Pero quien quiera conocer Croacia desde su casa, debe ver Mamma Mía 2, rodada en La isla de Vis, donde las construcciones tienen un encanto antiguo y la naturaleza, un aire de cuento de hadas.
Emir Kusturica relata las aventuras de Perhan, un joven gitano con poderes telequinéticos que trabaja para la mafia.
A través del realismo mágico, secuencias oníricas y la comedia, Kusturica traslada al público a un universo tan cercano y tan desconocido para muchos. Pero las imágenes hipnóticas y las risas no ocultan que la vida de los gitanos es difícil en los Balcanes, donde no son considerados ciudadanos.
En la ribera de Herceg Novi (Montenegro) transcurreLa conspiración de noviembre. Un thriller de espías donde Pierce Brosnan interpreta a un agente de la CIA retirado. Las playas de aguas azul turquesa y los callejones empedrados al estilo medieval acogen una historia que no da respiro.
Harvey Keitel interpreta a un director de cine griego que vive en Estados Unidos. Su obsesión por encontrar la primera película filmada en Grecia le hace volver a Europa. Su odisea comenzará en Albania y continuará por países devastados por la guerra de los Balcanes.
La película dirigida por Theo Angelopoulos conjuga el meta-cine con el documental. A primera vista difícil, pero atrapa la obsesión de Keitel por encontrar la belleza en mitad de la barbarie.
Zorba el griego se filmó en blanco y negro, pero hay personas que la recuerdan en color. Quizá porque Antony Quinn interpreta a uno de los personajes más luminosos del cine. También porque se filmó en Lindos (Rodas), un pueblo sencillo, con un encanto de antaño. Aún hoy continúa anclado en el tiempo de Zorba.
Turquía es lugar de paso para espías, arqueólogos y aventureros de Hollywood. La esencia del país hay que encontrarla en películas modestas como Un toque de canela. En ella, un profesor universitario turco que vive en Grecia vuelve a donde nació, a Estambul. Al reencontrarse con los lugares y las personas de su infancia recupera una alegría perdida. La fuerza de las imágenes, con colores vívidos, nos lleva a imaginar los olores y los sabores de las comidas.
Los escenarios naturales de Chipre acogen producciones de Hollywood, pero ninguna representa a la isla. Para esto, el público curioso debe acercarse a comedias oscuras como Pause. En ella, una mujer madura con un marido misógino se sentirá viva al conocer a un joven pintor de casas.
Siria está devastada por una guerra civil, el terrorismo islámico y los bombardeos de Estados Unidos. Dada la situación, el director sirio Feras Fayyad recurrió a financiación danesa para rodar el documental Los últimos hombres de Alepo. En este trabajo, refleja la vida de tres voluntarios de los Cascos Blancos durante el asedio de la ciudad siria. El documental ha conseguido numerosos premios internacionales, incluidos el Emmy y el Óscar.
Caramel se acerca con humor a las mujeres que coinciden en un salón de belleza de Beirut. Ellas representan a las distintas mujeres del Líbano y sus problemas.
Caramel es una de las películas libanesas más populares. Está coescrita, dirigida e interpretada por Nadine Labaki. Una proeza en un país donde las tradiciones pesan y el cristianismo ortodoxo y el Islam rigen las vidas de las comunidades.
La obra original de Agatha Christie está ambientada en Petra (Jordania), pero los productores Golan y Globus eran israelíes. (Por cierto, responsables de conocidísimos films de acción de los 90). Por esto, Poirot (Peter Ustinov) recorre Jerusalén de punta a punta.
Durante un crucero en barco de vapor por Egipto, Agatha Christie encontró la inspiración para escribir Muerte en el Nilo (1937). La novela ha sido llevada al cine en dos ocasiones, y un episodio especial dentro de la serie Poirot, con David Suchet.
La versión más reciente (2020) está dirigida por Kenneth Branagh, que, además, interpreta al detective belga. La producción más conocida por el público (1978) tiene a Peter Ustinov como un histriónico Poirot.
El león del desierto fue financiada por Gadafi con 35 millones de dólares. Contó con estrellas internacionales: Anthony Quinn, Oliver Reed, Irene Papas y Rod Steiger.
La película retrata la resistencia de los beduinos ante las tropas de Mussolini. Para algunos críticos europeos y norteamericanos, es una de las mejores películas sobre la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, la financiación de Gadafi fue veneno para la taquilla. Moustapha Akkad, el director, continuó su carrera como productor ejecutivo de la saga Halloween.
Al sur de Túnez hay un pequeño oasis llamado Tataouine («manantiales de agua» en bereber). Cuando George Lucas visitó la zona se enamoró al instante del entorno y la arquitectura popular. Convirtió a Tataouine en Tatooine en la fantasía de Star Wars.
En el cine es habitual transformar los lugares originales de manera que resultan irreconocibles. Pero George Lucas apenas modificó los escenarios naturales para recrear el planeta natal de Anakin y Luke Skywalker.
Argelia fue una colonia francesa hasta 1962. Cuatro años después, el italiano Gillo Pontecorvo relata en La batalla de Argel el levantamiento argelino y la represión violenta de los franceses. Por esto, la producción no se estrenó en Francia hasta 1971.
Pontecorvo retrata aquellos días en blanco y negro con crudeza. Una película sin héroes ni villanos que invita a la reflexión.
No es raro asociar la Casablanca de Bogart e Ingrid Bergman con Marruecos. Pero la producción de Hollywood se filmó por completo en estudios de California.
Quien quiera encontrar la belleza antigua de Marruecos debe acercarse aEl cielo protector, dirigida por Bertolucci. La apabullante dirección de fotografía de Vittorio Storaro resalta a la verdadera estrella de la película: el Sahara.
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