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El pescador aguafiestas

Busan, la segunda ciudad de Corea del Sur, tiene un nuevo símbolo que compite con los portentosos rascacielos que dominan su cielo. Durante la última década muchos starchitects han descendido a la metropoli para hacer realidad los sueños de sus clientes emborrachados por el éxito economico y el afán por superarse los unos a los otros. Se trata de un mural de más de 70 metros de alto que rebaja el triunfalismo con un retrato de un pescador coreano con la cara curtida que mira hacia el horizonte.

Su gesto sirve de recordatorio a los habitantes de Busán sobre un progreso que, por muy loable que sea, ha pasado por alto a una parte importante de la población. En el caso de los pescadores, muchos trabajan entre 6 y 7 días a la semana con sueldos que hacen difícil llevar una vida digna.

La obra ha sido pintada a mano por el artista alemán Hendrik Beikirch sobre la fachada del sindicatos de pescadores y es visible desde Gwangalli, una de las más importantes y visitadas playas de la zona.

Sin embargo, los responsable del proyecto Public Delivery afirman en su web que este potente recordatorio esconde un mensaje de optimismo. Debajo se pueden leer unas letras gigantes que dicen «sin lucha, no hay fuerza».

Fuente: Public Delivery via Good

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