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Creatividad

El pintor del crimen

Germán Andino es un ilustrador y periodista de 30 años nacido en Honduras. A su nuevo proyecto prefiere llamarlo cómic, pero se «arriesga», dice, a situarlo «dentro del periodismo serio». Pinta escenas del crimen e historias de gente «que para casi todos los medios es anónima». Sus ilustraciones, en blanco y negro, llevan rojo cuando incluyen sangre del lugar del crimen.
La referencia pictórica de Andino son «el grabado y la serigrafía», cuenta, de ahí el bicolorismo. La materia prima de inspiración es un país que con más de 80 muertos por cada 100.000 habitantes se ha convertido en el más violento del planeta.
Este periodista pensó que sería un buen proyecto comunicar la situación de terror, extorsión y precariedad de lugares como Tegucigalpa o San Pedro Sula, en los que ha tenido que cubrir multitud de sucesos. Pare este proyecto, Honduras: El hábito de la mordaza (que busca financiación crowdfunding), en vez de elegir de protagonistas a las víctimas acribilladas que abarrotan las portadas de los diarios cada mañana en su ciudad, ha preferido dar una versión B: «Contar la historia de los que no son noticia», dice. Las vidas trágicas de los secundarios que circundan esos finales igual de trágicos.
Germán, este tipo de novela gráfica realista, ¿qué es?
«Hay un par de ideas que son los detonantes para hacer este tipo de periodismo. Primero, la idea de que no haya intermediarios entre los lectores y los periodistas me parece brutal. Sin comerciales ni publicidad ni las agendas políticas que a veces imponen los medios. Segundo, hay poca gente que lo hace, y menos en Latinoamérica. El mundo conoce Honduras por sus índices de violencia, y esta es la percha del asunto, pero también me interesa contar la historia de los que viven en ese «infierno» que los periodistas vienen a visitar por un par de días y luego se van».

Andino cuenta que a menudo su jornada laboral consiste en presentarse en el lugar del crimen, sacar su blog, y después de sacar una fotografía por si acaso no le diera tiempo a terminar, empezar a esbozar lo que mira. «Pero hay mucho tiempo, porque la fiscalía siempre tarda mucho en venir en Honduras».
Un día, por accidente, su blog se cayó junto a uno de esos cuerpos que confirman la estadística negra. Aquel color rojo en la hoja le acabó convenciendo como herramienta realista de trabajo para algunas de las ilustraciones que incluye en esta publicación.
Para el trabajo, aunque también ofrece dosis de la violencia sangrienta, no ha querido exponer tan explícitamente las vísceras. «Honestamente…no creo que sirva de mucho», responde. «Ya se ha hecho y no ha servido de nada. Por eso prefiero contar la historia de los que no son noticia. Me parece más humana. Menos confeccionada para mantener a diez rubios pegados a la tele».
Un dealer de cocaína, un vendedor de ataúdes en las escenas del crimen, la niña que vive en un centro de rehabilitación para drogadictos, un secuestrador, un tatuador callejero, un taxista extorsionado… Sus personajes, asegura, «básicamente son personas normales en el contexto hondureño. Los que se la juegan y se adaptan a lo que hay». A todos los ha conocido y ha reporteado sobre ellos. Según la definición de la portada de su libro, son esos «que hablan poco y cuentan mucho».
Andino quiere financiar por crowdfunding la tirada de este experimento ilustrativo con la promesa de un ejemplar por 10 dólares de donación.
Germán, tú que eres hondureño y experto en asuntos violentos, ¿qué opinas? ¿De quién es la culpa de esta situación en tu país?
Es una acumulación de cosas: la falta de educación y de empleos nos llevaron a «exportar» indocumentados, luego los deportaron, y empezamos a producir pandilleros, luego el narcotráfico, la corrupción y la impunidad con la que se puede delinquir. Somos un estado que da cuidados paliativos a los hondureños que intentan sobrevivir, aunque somos duros, desde siempre. Nos adaptamos a lo que nos pongan encima y tiramos para adelante.
¿Y no está harta la gente en Honduras de publicaciones de muertos?
La gente mira mucho los canales de noticias que más bien parecen carnicerías televisadas, pero están lejos de estar hartos…Están insensibilizados, hemos normalizado estas mierdas. Y los medios extranjeros solo buscan lo que tiene percha para mejorar los ratings.
Dice Andino que cuando asiste a una escena del crimen como ilustrador y no como periodista, se pone en la piel del que ve el suceso «desde fuera». «Al dibujar la escena del crimen estas a un lado, ilustrando todo lo que acontece alrededor de un muerto. Es una sensación de distancia, como si desde allí no salpicara toda esa sangre».

Por Jaled Abdelrahim

Jaled Abdelrahim es periodista de ruta. Acaba de recorrer Latinoamérica en un VW del 2003. Se mueve solo para buscar buenas historias. De vez en cuando, hasta las encuentra.

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