Altia iba a salir al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y tenía que contarlo. Quería decir a sus posibles inversores y a la prensa económica que este paso, para ellos, significaba compartir su empresa con los futuros accionistas. El ‘qué’ estaba claro. Pero el ‘cómo’ no estaba tanto.
La empresa de consultoría y servicios TIC llamó a la agencia F33 Grupo.
Presidente: “Queremos decir que nuestro compromiso es compartir la compañía con los futuros inversores”.
F33 Grupo: “¿Vais a compartir vuestra empresa con ellos? Si crees tanto en la idea de compartir, comparte tu despacho”.
Esa fue la propuesta. Y no hablaban de réplicas. Hablaban del mobiliario y los objetos reales de la oficina. El teléfono, las sillas, la grapadora, los bolígrafos…
Eso implicaba que todos los objetos se enviaran a más de 60 personas que debían conocer la salida al Mercado Alternativo Bursátil de Altia. Y la propuesta convenció al presidente. Su teléfono, su lámpara de mesa, su calculadora, su lapicero, las sillas de su despacho… fueron empaquetadas y enviadas, cada una de ellas, a un destino distinto.
El envío gustó. Tanto que muchas personas que no habían recibido nada del despacho del presidente pidieron su objeto. Y como no había dos teléfonos ni dos lámparas tuvieron que hacer una extensión de la campaña en la que, como excepción, los artículos no eran reales. Eran una réplica exacta de lo que el presidente tenía en su despacho, según explica Luis Monroy, director creativo de F33.
Y, por si te ha surgido la duda, no. El despacho del presidente no se ha quedado pelado. Han vuelto a comprar el mismo modelo de teléfono que tenía antes, el mismo lapicero, las mismas sillas y todo lo que antes estaba por ahí.
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"¡El presidente de Altia me ha enviado su silla en un paquete!"
