Decían del rey griego Midas que todo aquello que tocaba se convertía en oro. Más allá de los evidentes problemas que conlleva este poder cuando uno es dado al onanismo, lo cierto es que todo pertenece al terreno de la mitología. Siguiendo con las disertaciones lisérgicas y por mor de la teoría de las cuerdas, existe en algún universo paralelo un rey Midas que convierte en mierda todo aquello que toca. O más de uno. Y esto es lo que son capaces de hacer con tan prodigiosa propiedad.
Tenemos, por un lado, cerdos. Y la caca que producen, claro. Y por otro a CRC CARE, una empresa australiana que pensó que e podía hacer algo de provecho con la mierda de mil millones de gorrinos, que son los que hay en China.
CRC CARE, de la mano de la empresa tecnológica HLM Asia, ha creado PooCare, un bioreactor que es capaz de convertir en combustible todas las sustancias contaminantes que expelen los desechos intestinales de los deliciosos puercos.
El sistema, que se instala en el suelo, bajo las pezuñas de los cerdos, somete a las heces a una temperatura constante. El resultado de esta suerte de proceso de lenta cocción es un biocombustible que, tras un mes, produce biogas que ya puede ser repartido a los usuarios. El resto de la materia prima, la parte que no se puede transformar en combustible, puede ser utilizada como fertilizante.
El sistema, que evitaría también la contaminación de acuíferos, cuesta más de 30.000 euros de momento. Sin embargo, la compañía fabricante afirma que los precios se reducirían hostensiblemente con la producción masiva.
Una mierda de WiFi
Todo forma parte de una acción conjunta entre Terra México y la agencia creativa DDB pero dios sabe que reduciría mi sueldo a la mitad por que la idea saliese adelante.
Poo WiFi es un dispositivo que ofrece minutos de conexión inalámbrica a internet gratis a cambio de mierda de perro. El número de minutos que la máquina ofrece por cada caca depende de su tamaño, por lo que si es una orgullosa propietaria de un caniche, más le vale ir cargada con su conexión 3G.