Aquí va una breve historia. Una persona común, llamémosle Óscar, de las que devuelve los libros cuando se los prestan, de las que camina por las aceras y hace cola para subir el autobús. Óscar tenía cierto temor por lo que pudieran pensar los vecinos y, además, tenía otro problema: se aburría. Hasta que comenzó a trazar su propio camino aquejado del Síndrome Antara.
(Advertorial)
No lo entiendan mal. Está bien hacer la cola del autobús, devolver los libros que te prestan o caminar por donde te marcan pero, a veces, conviene aliñar un poco la existencia con algo que pueda demoler la monotonía aunque sea a ratos.
Esta reflexión reúne bajo su cobijo a, por ejemplo, autores tan dispares como Fleetwood Mac, Frank Sinatra o Cinderella. Todos quería hacer las cosas a su manera, recorrer su camino. Varios años después de que se cantaran esas estrofas, Opel pretende reavivar el grito de la independencia existencial y del ‘tú te marcas el trayecto’.
Óscar, el personaje que se aburría en el primer párrafo, sigue haciendo cola ordenadamente y devolviendo a tiempo lo que le prestan pero su actitud, la que marca cómo hacer cada cosa en la vida, ha cambiado radicalmente.
Óscar se comporta de manera diferente. Ha desarrollado una obsesiva querencia por los baches. Llena de tierra todo el terreno por el que debe circular. El agua se ha convertido en la amiga perfecta para ponerse a prueba. El amor por cada uno de esos elementos es un síntoma del Síndrome Antara, una predisposición incontrolable a poner a prueba el vehículo en situaciones poco ortodoxas.
La marca automovilística lanza su nueva campaña para el cross-over Antara con un concepto que reta al usuario a crear su propio camino. En ella responsabiliza del Síndrome al propio Antara, un vehículo potente, con el dinamismo de un todoterreno y las prestaciones en carretera de un turismo.
Además, Opel quiere ver cómo los usuarios les proponen caminos imposibles en Twitter y lo están haciendo alrededor del hashtag #sindromeAntara.