Cuando vives en un país que respira diseño, tienes un padre arquitecto e ilustrador que te enseña a dibujar y trabajas en un entorno creativo, la ecuación tiene una solución más que interesante. Andreas Englund es la solución artística a esta suma de factores.
Englund trabaja de día como director de arte en una agencia de publicidad de Estocolmo, ciudad a la que se mudó en 1996 desde Falun a 250 km al noroeste de la capital; pero de noche no se pone el traje de superhéroe, aunque sí el de pintor.
Su obra, realista en la técnica, muestra un talento innato y años de aprendizaje con el óleo y los pinceles, aunque no realizó una completa educación en bellas artes. “Estaba más interesado en la dirección de arte y eso fue lo que estudié y hasta 2003 no me puse de nuevo a pintar; fue cuando empecé y descubrí a mi superhéroe”, comenta Englund.
La carrera de este creativo y artista está repleta de galardones en festivales publicitarios, pero ahora reparte su tiempo a partes iguales entre los anuncios para otras marcas y su pintura personal. “Espero además que en el futuro, pueda pintar más y tener que hacer menos dirección de arte”, añade el sueco.
Su pintura está inspirada por artistas como Banksy, las fotografías de Dennis Hopper, Helmut Newton o David Lachapelle, los comics de Simon Bisley o el cine. “Mi trabajo es casi como una foto, como un fotograma de una película en la que puedes imaginar lo que ha pasado o lo que va a suceder”.
Andreas Englund no sabe hasta dónde estirará la vida de este superhéroe. Ya le ha retratado en todos los periodos de su vida, le ha sacado a recoger setas, ha tenido resaca y hasta ha meado en pleno vuelo. Pero aún tiene muchos momentos que le gustaría desarrollar y también querría ver si puede vivir en otros medios más allá de la pintura. Mientras tanto tiene dos nuevos conceptos en la cabeza y si los hace como esta serie, seguro que le quedarán espectaculares.