La imagen de la Sagrada Familia es el icono más recurrente de Barcelona. El templo de Gaudí representa a la ciudad condal de 2011. Pero también a la de 1980, o a la de 1970…Y a la de 2050 seguramente también. Por eso, para recordar única y exclusivamente a la Barcelona de hoy, Michele Salati propone un souvenir alternativo: el vendedor de cerveza paquistaní.
“El vendedor de cervezas paquistaní es para mí una de las figuras que marca la ciudad de Barcelona. Mi intención es hacer una serie de esculturas de Souvenirs Modernos de Barcelona que abarcan varios de los personajes que hoy en día son una parte firme de la ciudad”, señala el artista italiano.
Las razones por las que Salati se inclinó por este vendedor ambulante para iniciar su serie son varias: “Considero que es el más cercano a mí y probablemente también a las demás personas que pasean por las calles de Barcelona. Cuando uno está sentado en un banco o hablando con amigos, estos amables vendedores no paran de pasar y preguntar si quieres una cerveza. Son muy accesibles y abiertos a llevar una conversación. También pienso que una gran parte del turismo que acude a Barcelona está formado por gente joven que se siente atraída por la vida nocturna. Los vendedores de cerveza están presentes a todas las horas del día en todo el casco antiguo de la ciudad. A mí personalmente se me han hecho más presentes que otras personas que igualmente marcan la ciudad pero que he tenido menos posibilidad de entrar en contacto con ellos”.
Esta idea es la que llevó a Michel Salati a esculpir una figura a tamaño real, inspirada en estos vendedores, y que se ha exhibido en varias de las calles del barrio del Borne en Barcelona, así como una serie de 50 ‘Souvenirs Modernos de Barcelona’ (de 8,5 x 20 cms) a imagen y semejanza de la primera. Ahora todas ellas forman se exponen en la galería Base Elements Art Gallery, de Barcelona.
Y como cualquier otro souvenirs, las 50 mini-esculturas están a la venta. “Es una parte del proyecto que me resulta muy interesante. El discurso entre el souvenir y el objeto de arte. ¿Cómo se vende: como souvenir o como obra de arte? ¿Y cómo se hace esa diferenciación? Yo, por mi parte, lo considero ambas cosas. Creo que es un objeto que claramente se puede situar en el discurso del arte, tanto como en el contexto de los objetos comerciales turísticos”.
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