Cualquiera que nos vea a mí y a mi cintura, dirá sin titubear que no soy de esa clase de tipos que se obsesiona por el deporte. Pues se equivoca. Necesito ir una vez por semana a DECATHLON. La vocación deportiva tardía tiene su aquel, tiene algo de recuperar la juventud, lo que me convierte en carne de cañón.
Con un top of mind mastodóntico como sus rótulos, me cuesta pensar en otro sitio donde ir. Mi motivación de compra es 100% emocional, vocacional. Salto las barreras de compra como el precio de un plumazo cuando veo las etiquetas y aguanto todo lo que me llaman.
Resulta que soy un “pronador”. No, yo tampoco sabía lo que era. Pero una chica jovencita que me atendía me lo llamó a la cara y no supe como reaccionar. “Seguramente Vd es pronador”, -dijo- cuando le comenté mi dolor en la rodilla derecha al correr. Me sonó a “negado para el deporte” a “patizambo”. Inmediatamente me invitó a ponerme un chaleco bastante galáctico y unos sensores en la pierna; y a correr pasillo arriba, pasillo abajo. Accedí porque al mirar a mi alrededor no reconocí a nadie. Mi hija aplaudía a mi paso.
Tras el numerito me confirma que mi pisada es de tipo pronadora, como la del 45% de la población y si me compro estas zapatillas y no las otras desaparece el dolor de rodilla. Será o no tan certero, pero desde luego quien me atendía sabía de lo que hablaba, le gustaba de lo que hablaba. ¡Los dos éramos pronadores!
Deporte es vocación, afición, y quién mejor que los propios deportistas para hablar de lo que más les gusta. Yo mismo tengo aburridos a mis amigos con mis tiempos y ritmo de carrera porque pienso correr la San Silvestre.
Convertir a empelados en deportistas, o al revés, es simplemente perfecto y no necesita de más explicaciones. Es conseguir un equipo motivado y entusiasta justo en el momento de la verdad con el cliente. Es tener a los embajadores de una vocación a pie de calle, dando datos y compartiendo ilusión.
Seguramente no lo sea, pero gusta pensar que el presidente de DECATHLON era o es deportista. Como yo cuando voy a sus tiendas. Otra marca y otra empresa más que me ha ganado para la causa.
Enrique Tellechea es director de imagen y marca de Grupo Banco Popular
4 respuestas a «En el ojo ajeno: En DECATHLON me llamaron “pronador” a la cara…»
La verdad es que se agradece (y se disfruta) cuando te atiende alguien que pone la misma o más pasión en ese producto o servicio.
Es el primer paso para crear fieles a una marca…
🙂
Enrique, coincido en tu valoración sobre Decathlon y la actitud y aptitud general de sus vendedores. Creo que, junto a su amplísimo catálogo, es la razón principal de su éxito (ofertas a parte) Seguro que eres pronador, el sistema utilizado por Decathlon funciona, pero te sugiero que amplíes y concretes ese diagnóstico con un estudio de pisada en un podólogo deportivo. Buenos entrenamientos.
Que momentazo nos hemos perdido por favor y la niña aplaudiendo.
Gracias a los que cada día hacen su trabajo lo mejor que pueden.
Para muchas cosas grandes y pequeñas,el secreto está en la empatía.
http://pisada.custom4.us, entenderás muchas de cómo funcionamos cuando corremos