En el Ojo Ajeno: La publicidad sin humos

Ya que el 2 de enero se prohibirá fumar en locales públicos, aprovecho el Pisuerga para pedir la abolición de algunas prácticas que me molestan más que el humo.
La publicidad explícita: El otro día oí una cuña de Alcampo: “Cordero lechal entero sin cabeza a 9.95 el kilo”. Por asociación de ideas me vino a la cabeza (la conservo)  un cartelito que vi una vez en un bar: croquetas de pollo muerto. Ser explícito genera imágenes mentales y no quiero imaginarme al pobre Norit, antes de ser degollado, despidiéndose de su mamá al ver llegar el camión de Alcampo. Y sinceramente, también prefiero que en los anuncios de BIO ( ahora Activia) de Coronado se hablara de tránsito intestinal, antes que tener que borrar con tippex mi imaginación.
El engaño visual (o de otro tipo): Esta genialidad, que me envía mi amigo julio  (imagen gratis.jpg) además de cachonda seguro que es falsa, pero no puede ser más gráfica. Por desgracia, otras no tienen ni gracia y aún me pregunto por qué alguien querría empezar una relación con sus clientes con una mentira.
El taladreo: Llevo unos 8 años, (esa sensación tengo) oyendo la cuña de Gilmar de “una buena idea, una buena llamada, una buena noticia,”…Por compasión, que alguien haga algo, aunque sea que cambien el orden de las frases.
Lo del basket y los nombres de los equipos: No hace mucho leía un titular, grandecito en el Marca: “Ron Casares y Halcón Avenida ganan fácil pero Rivas Ecópolis cae en casa” Era basket femenino, pero que nadie me pregunte más. Ni siquiera de dónde son el Unicaja o el Tau. ¿son equipos formados por los trabajadores de esas marcas?
Las grandes oportunidades: En pleno siglo XXI ¿alguien sigue creyendo que su dirección IP ha sido seleccionada al azar en un sorteo? ¿O que si de verdad es de las primeras 50 llamadas consigue un navegador de regalo?
Las peleas de marcas: Ya no tengo claro si era Don Simon o Zumosol el que no tenía naranjos propios, pero tampoco me importó nunca. Puestos a airear las interioridades preferiría saber el coste real del litro antes de ponerlo en el lineal.
La presión comercial abusiva: “Entonces hemos quedado que si me cambio y no llamo los martes por la tarde a ninguno de mis 4 números preferentes, pero si navego 2 horas, me regalas la mitad de lo que gasto si llamo los fines de semana cualquier otro operador. ¿Es así?  Ok, acepto siempre y cuando me prometa que nunca mas me van a llamar”.
El uso de la palabra “desde” a la hora de dar precios, salvo que se permita a los clientes decidir “hasta” cuanto van a pagar.
Y colorín colorado. Como a veces nos tachan de vender humo con el marketing, aprovechemos la prohibición para limpiar un poco el ambiente.